Que la temporada del Valencia es magnífica es algo que ya sabe todo el mundo. Que el club ha logrado una plantilla comprometida y que cree en su míster, es una realidad. Y que la afición está entregada a este grupo de humanos, es una realidad innegable. A partir de ahí, hay que valorar ciertos elementos que hacen que los aficionados ché tengan que poner los pies en la tierra (todo dentro del bueno momento que viven tras dos años duros).

El primero, la necesidad de obtener 45 millones en ventas de jugadores en este mercado estival. A día de hoy, la afición está contenta con la plantilla y raro es que quisieran traspasar a un jugador. Sin embargo, el propio Marcelino es conocedor de que vender será una necesidad este verano. Es por ello, por lo que ya ha transmitido a la cúpula directiva que, pese a entender la situación, hay jugadores que este verano serán "intocables", y hasta la fecha, se sabe que cuatro de ellos son Kondogbia, Soler, Rodrigo y Neto. 

El segundo de los factores será ir haciéndose a la idea de que la temporada que viene no será sencilla: el Valencia tiene trece, catorce jugadores, que dan muy buen nivel, pero al resto todavía les cuesta un poco. La Copa del Rey fue un claro exponente de esta situación, ya que los de Marcelino llegaron a enlazar hasta seis derrotas consecutivas, y el año que viene, que el equipo jugará tres competiciones, será difícil que no se note. Alemany, Vicente, Marcelino y Longoria tendrán que trabajar duro si quieren pasar de tener un once competitivo, a tener una plantilla competitiva

Y el tercero, la Champions League. La competición que para clubes como el Valencia es una bendición (por competir con los mejores de Europa), y a la vez maldición (por estar obligado a competir con equipos con presupuestos y jugadores muy por encima). La historia, afición y nombre del club, exige al Valencia, por lo menos, pasar la fase de grupos -salvo que tocara un "grupo de la muerte"-, pero lograrlo no siempre es viable, y la mejor competición Europea podría convertirse en un problema para los de Mestalla, como ya lo fue la ultima vez que la jugó, donde cayó en fase de grupos dando muy mala imagen. 

Por lo que sí, es positivo este ambiente de felicidad que se vive en Valenciastán, pero también es necesario ser conocedor de la situación real del club y de lo bonita y dura a la vez que será la temporada que viene.