Con los himnos de fondo y algunas bufandas azulgranas entre la afición celeste, los charrúas salían al terreno de juego con la mente puesta en conseguir el billete para presenciar la final de la China Cup que jugarán en Nanning el próximo 26 de marzo.

Los de Tabárez salieron con el dominio como bandera al terreno de juego. Delante, un combinado checo que en ningún momento inquietó a los celestes por sus pocas ocasiones en cuanto a creación de juego. Con Godín y Suchy representando a ambos combinados, la decepción se tildaba en un estadio en el que las banderas checas quedaban relegadas a un segundo plano con una derrota de 2-0 en el marcador.

Con Luis Suárez a la cabeza, en ataque junto a Edinson Cavani, Uruguay se adelantaba de forma repentina en el encuentro con un lanzamiento de penalti efectuado y sufrido por él mismo. El 9 del Barça convirtió el gol 50 de su equipo y lo transformó ante el portero checo, que tiempo después, volvería a ser batido por el artillero del PSG. Con una sensacional chilena que ponía el broche de oro al marcador de los charrúas, ambos atacantes dictaban sentencia antes de ahorrarse el cuarto de hora final del encuentro, en donde la única espinita que se clavó en la celebración charrúa fue la de la lesión muscular de José María Giménez, el central del Atlético de Madrid, que cojeando, se marchaba en el minuto 88 del césped.

El combinado uruguayo amarró hasta el final su presencia en la China Cup y con vistas al duelo que disputarán contra Gales para alzarse con el trofeo, la pólvora en juego ofensivo está más que asegurada.

El último amistoso al que tendrán que hacer frente los uruguayos será el que disputarán en el mes de junio en Montevideo, donde antes de retomar el camino en la cita mundialista, recibirán a Uzbekistán.