El 24 de marzo de 2016, Johan Cruyff falleció a los 68 años de edad. En octubre del año anterior, 2015, se le había detectado un cáncer pulmonar y tras medio año luchando contra su enfermedad, la luz del que es considerado el segundo jugador del mundo del pasado siglo se apagó. Y cuando se cumplen dos años sin él, su recuerdo sigue intacto.
Una vida ligada a dos equipos
Como jugador
La vida del holandés estuvo ligada a dos clubes: el Ajax de Ámsterdam y el FC Barcelona. En Holanda fue el principal culpable que, entre 1964 y 1973, el conjunto holandés dominara Europa y, ya al final de su carrera, decidió regresar durante dos temporadas.
En su primera etapa en el conjunto de Ámsterdam, Johan Cruyff consiguió conquistar seis ligas y cuatro copas holandesas, tres Copas de Europa, una Copa Intercontinental y una Supercopa de Europa. Además, empezó a hacerse un hueco en la selección holandesa y llegó a la cima cuando, en 1971, ganó su primer balón de oro.
Tras casi una década en el futbol holandés, en la temporada 1973/74 cambió de aires y fichó por el FC Barcelona después de que el conjunto catalán pagase 60 millones de pesetas al Ájax. El holandés se despidió de Holanda consiguiendo el doblete -Liga y Copa de Europa- y llegó a Barcelona como un auténtico ídolo.
Es cierto que durante las cinco temporadas en las que vistió los colores azulgranas no consiguió, ni de lejos, igualar la cantidad de títulos colectivos que había ganado, años atrás, en Holanda. De hecho, en Barcelona tan solo ganó dos títulos: la Liga en 1974 y la Copa del Rey en 1978. Pero también consiguió ganar dos Balones de Oro más, en 1973 y en 1974.
El holandés dejó el club azulgrana por problemas con la directiva a los 31 años de edad y después de pasar por el fútbol americano y por el Levante, regresó al Ájax, donde ganó dos ligas y una Copa de Holanda. Curiosamente, se retiró como jugador en el Feyernood, el máximo rival del equipo de Ámsterdam, tras problemas con la directiva del Ájax. Pese a contar con 37 años, se retiró del fútbol profesional ganando la Liga y la Copa de Holanda y, consiguientemente, parando la hegemonía holandesa del club de sus amores: el Ájax.
Como entrenador
Pero en 1985, el holandés volvió a casa, eso sí, como entrenador. Empezó su carrera en los banquillos en el Ájax, donde estuvo tres temporadas y consiguió ganar dos copas holandesas. Pero si en su etapa como jugador fue en Holanda donde ganó más títulos, en su etapa como entrenador triunfó en Barcelona.
Cruyff regresó al club catalán, esta vez como entrenador, en 1988 y permaneció ocho temporadas dirigiendo al club azulgrana, convirtiéndose en uno de los entrenadores que más temporadas ha estado entrenando en el FC Barcelona.
En España consiguió ganar cuatro ligas, tres Supercopas de España y una Copa del Rey, pero si por algo será siempre recordado en la historia del club catalán es por su haber hecho historia en Europa. En 1989 consiguió conquistar la Recopa de Europa y tres años más tarde, en 1992, llegó a la cima del fútbol europeo ganando la primera Champions en la historia del FC Barcelona. Cruyff había conquistado Barcelona, Londres y Europa.
Es cierto que, en 1996, Cruyff no pudo despedirse del banquillo del FC Barcelona de la mejor forma -fue despedido a falta de dos jornadas para finalizar la temporada-, pero tras ocho temporadas en Barcelona, el dream team será recordado para siempre.
Fuera de los terrenos de juego, el holandés también siguió mostrando su grandeza. Con su fundación, la Fundación Johan Cruyff, creada en Barcelona en 1995, el holandés mostró su cara más humana y, en su sexagésimo aniversario, el Ájax decidió retirar el dorsal número 14 por los servicios que el holandés había prestado a lo largo de la historia del club.
Cruyff siguió muy ligado al FC Barcelona y a Cataluña, siendo seleccionador catalán entre 2009 y 2013, e incluso llegó a protagonizar varios anuncios antitabaco para la Generalitat de Catalunya después de que, en 1991, sufriera un ataque al corazón, justamente, per haber sido un gran fumador.
El pasado 24 de marzo de 2016, Johan Cruyff pasó a mejor vida. Pero su recuerdo será imborrable, tanto a nivel institucional (la Supercopa holandesa, el estadio del Ájax y el futuro estadio del Barça B llevan su nombre), como a nivel futbolístico y humano. Dos años después, la sonrisa de Johan Cruyff sigue estando muy presente.