En medio del presente parón de selecciones, no todo son partidos amistosos, no todo son encuentros sin emoción aparente. El lunes 26 de marzo, Uruguay ha logrado llevarse de vuelta a su país una copa, al ganarle la final a Gales en la China Cup. Los celestes lograron el triunfo gracias al tanto de Cavani en el minuto 48 de partido.

El pitido del árbitro que indicaba el inicio del encuentro parecía enchufar de manera repentina a los uruguayos dentro del choque para llevarse la final. Con Maxi Gómez comenzando en el banquillo, el ataque lo formaban Cavani y Luis Suárez, que no tardó en tener la primera ocasión de partido. Con la lesión de Jose María Giménez, el técnico de la selección sudamericana perdía ya un cambio en el minuto cinco, y la cosa parecía ponerse fea, pero ni mucho menos. Los de Uruguay dominaron con creces la primera mitad, llevando el peso del partido y también de las ocasiones, teniendo hasta tres clarísimas en las botas de Vecino, Cavani y Luis Suárez, pero el gol parecía resistirse y el partido se marchaba al descanso con tablas en el marcador. Mientras, el jugador del Celta, Maxi Gómez, seguía esperando su oportunidad sentado en el banquillo.

La segunda mitad comenzaba bien para los sudamericanos. Tras un gran pase del “Cebolla” Rodríguez, Cavani mataba al arquero rival y mandaba el balón al fondo de las mallas para poner el 1-0 en el marcador en el minuto 48 de partido. El resto del encuentro fue un dominio a placer de los uruguayos, que lograron pasar por encima de los europeos sin mayores tapujos, mostrándose la última línea celeste muy firme en defensa. En cuanto al joven delantero del equipo vigués, Maxi Gómez salió en el minuto 92 y apenas tuvo tiempo ni de tocar el balón, pero, eso sí, se vuelve a su país con un trofeo bajo el brazo.