El Real Valladolid afronta su encuentro liguero, que le enfrentará al Reus, con la intención de hacer bueno el empate cosechado la pasada jornada, fuera de casa ante el Lugo. Para ello tiene que superar al conjunto catalán, uno de los equipos menos goleados de la categoría.

Se presenta un choque, cuanto menos disputado, en el que los errores se pagan y ninguno de los equipos permitirá un fallo contrario. Ya en la primera vuelta Reus y Real Valladolid se vieron las caras para brindarnos un divertido y reñido encuentro.

El Real Valladolid llegaba a tierras catalanas con la intención de mejorar su lastre a lo largo de toda la temporada, su imagen como visitante. Luis César Sampedro decidió incluir cambios en el once y sentar en el banquillo, por primera vez en la temporada, a jugadores como Borja Fernández o Deivid. En frente un Reus crecido por la victoria ante el Almería, que le permitía soñar con alguna de las posiciones que dan acceso a la fase de Play-Off.

La superioridad no puede con los fallos

Durante los 90’ minutos los de Pucela mostraron síntomas de cambio, ambición por conseguir ese giro de guión lejos de Zorrila. Pese a la superioridad y las numerosas llegadas sobre la portería de, un intratable, Edgar Badía el partido comenzó cuesta arriba para los blanquivioletas. El Reus aprovechó sus armas y los fallos defensivos de un blando Real Valladolid para adelantarse en dos ocasiones en el marcador, gracias a David Querol y Gustavo.

El Pucela apretó los dientes y se sobrepuso. El dominio era claro y la sensación de peligro constante. No bajó los brazos y consiguió la recompensa del gol. Jaime Mata puso el empate a uno y Ángel el 2-2 final gracias a un rebote en un lanzamiento de esquina.

El resultado final tuvo un sabor ingrato para un Real Valladolid que había cosechado sus mejores minutos como visitante a lo largo de la temporada.