La única estadística que vale en el fútbol son los goles. Ejemplo de ello fue el partido del Lugo en el Nou Estadi, donde a pesar de contar con el control del esférico, y con el mismo número de ocasiones que el cuadro anfitrión, el Lugo se llevó un excesivo 3-0. Francisco hizo referencia en rueda de prensa a la contundencia, esa firmeza que le faltó a los suyos en acciones puntuales en el encuentro, sangre fría. Es poco frecuente que un equipo que sale goleado realice prácticamente la mitad de faltas que su rival. Así fue el partido del Lugo, que con las diez faltas cometidas no consiguió frenar el empuje local. Lo curioso son las 18 infracciones realizadas por un Nàstic que no quiso jugársela. El sentir la presión del descenso en la nuca obligó la reacción del segundo peor equipo local de la Liga 1/2/3.

Rozando el doble de remates y con más del doble de posesión

Las 14 veces en las que los futbolistas del Lugo optaron por disparar distan de las ocho intentonas locales. El Nàstic realizó seis golpeos menos que el Lugo, pero fue más certero, igualando los cinco disparos a puerta del cuadro lucense, y convirtiendo tres de ellos. En los saques de esquina los de Francisco también salieron vencedores -5 a 4-, y le señalaron un solo fuera de juego, por los seis del Nàstic, que fue más profundo.

La seña de identidad del Lugo, la posesión, no tuvo el mejor de los resultados, y ni con el 69% logró sentirse superior. No es la primera vez que ocurre, ya que en el otro 3-0 encajado por el equipo, en Huesca, la pelota también fue para el bando visitante. La mejora se mueve en términos de acierto, de gestión de situaciones. En el tramo más irregular de su temporada, el Lugo debe enganchar una nueva dinámica victoriosa que le cuele entre los seis mejores. Todo empieza por amarrar los puntos de casa, el factor Anfield Carro.