Leo Messi no se cansa de dar espectáculo y a pesar de querer evitar el factor mediático, él y todos lo saben. Las víctimas a las que ha conseguido driblar con su efectividad de cara a portería ya roza el centenar y en su dilatada trayectoria, ha asumido el rol de verdugo en los diecinueve partidos que ha jugado contra equipos italianos, engordando su récord en la competición europea con sus goles anotados.

Con la eliminatoria de los cuartos de final a la vuelta de la esquina y la Associazione Sportiva Roma llamando a las puertas del Camp Nou, conviene hablar, una vez más, del récord personificado en la figura de Leo Messi. El crack argentino, temido por todos y cada uno de sus rivales, resulta ser más que un revulsivo para el conjunto azulgrana tanto en la competición nacional como en la europea. El delantero rosarino no se cansa de sorprender y estadio que pisa, estadio en el que deja huella.

Su primer gol a los rivales de la Serie A llegaba en el año 2011, cuando logró marcar contra el AC Milan, su víctima preferida y al que ha llegado a batir hasta en ocho ocasiones. Los otros dos equipos que han sufrido el equipo goleador del crack azulgrana han sido la Juventus y la Roma, siendo el último el rival al que ya espera con ansias de conseguir el billete para estar en semifinales el de Rosario.

Con los dos tantos que hizo contra el Milan en la temporada 2012/13 grabados en la memoria del barcelonismo y una espectacular remontada en los octavos de final de la competición, con un 4-0 en el marcador, a Leo Messi le va el espectáculo y seguro que el guardameta de los de Di Francesco es consciente de lo que le queda por delante.
Detener a Messi es prácticamente imposible. Su regate y su velocidad en el juego anulan cualquier planteamiento defensivo en el intento de frenarle.
En el Sánchez-Pizjuán ya demostró su carácter revulsivo y con ansias de imperar en Europa, el conjunto azulgrana recibe y despacha a sus rivales con el potencial físico del rosarino.