Ambiente de noche grande en Nervión. Miles de banderitas repartidas en los asientos para que fuesen ondeadas a la hora de cantar el himno. Tifo en Gol Norte. Todos los ingredientes para vivir unos cuartos de final de Champions a la altura de la misma.

Pese al tanto inicial sevillista y las buenas sensaciones que dejaban, el Bayern, lograba empatar pocos minutos después. Eso sí, tras un desafortunado rebote en Jesús Navas. La segunda parte fue de dominio teutón. Mucho tuvo que ver en esto el cansancio acumulado por los jugadores que partido tras partido juegan. Pese a todo, un 1-2 no es un resultado para perder las esperanzas del todo.

La fatiga avisa

Fue ya algo obvio el pasado sábado 31 en el partido que se disputó en este mismo escenario ante el FC Barcelona. Jugadores que no podían dar un paso más. Franco Vázquez fue uno de los jugadores que más acusó este desgaste y volvió a ser titular. Bien es cierto que en los primeros 45 minutos no se notó esa falta de descanso, ya que el equipo rindió a un altísimo nivel. Fue ya en el minuto 20 cuando Sarabia dispuso de una gran ocasión solo ante Ulreich para anotar el primero. Un fallo que sentó como un jarro de agua fría a los sevillistas que ya se acordaban de las ocasiones falladas ante el Barça.

El Sevilla supo aprovechar sus ocasiones y en a la segunda no falló

Pese al fallo, el Sevilla siguió luchando. Pese a que el balón lo tenían los alemanes y no paraban de marear a los sevillistas con tanto toque, los nervionenses tenían claro cuál era su cometido. Supieron aprovechar su momento y en el 32' un gran centro de Escudero para Sarabia, quien esta vez sí supo definir a la perfección, adelantaba a los andaluces. Locura en la grada. Pero por desgracia para los locales, un tiro de Ribery fue desviado por el palaciego. Ese fatídico desvío hizo que David Soria no pudiera atajar el balón, aunque poco le faltó. El Sevilla se recompuso, pero aun así no logró tener ninguna ocasión clara para reducir el marcador.

Sarabia en el momento del único tanto local / Foto: LaLiga
Sarabia en el momento del único tanto local / Foto: LaLiga

Llegó el derrumbe

Salió otro Sevilla del vestuario. No se veía esa entereza que habían demostrado en la primera mitad. Si los alemanes ya habían amansado el balón antes del descanso, más aún fue en los últimos 45 minutos. El Sevilla no oponía excesiva oposición porque sabía que sería un desgaste enorme ir detrás de la pelota. Pero ese control solo hizo crecerse a los visitantes que se veían capaces de sorprender con asiduidad. Varios tiros desde fuera fueron el preludio de una clarísima ocasión que dispondría el español Thiago Alcántara. Centro de Ribery al segundo palo y con todo a su favor, Soria logró hacer un auténtico paradón que llevó a una ovación coral del estadio.

Hasta el minuto 77 Montella no hizo el primer cambio

Pero en el minuto 68 otro gran centro del francés al español no tuvo el mismo resultado. El Bayern ponía el 1-2 y el partido se ponía muy cuesta arriba para los intereses sevillistas. Pero lo peor para los aficionados sevillistas no fue este segundo gol, que también, sino que fue la excesiva espera que tuvo Montella para realizar el primer cambio. Fue en el minuto 77 cuando Correa abandonaba el campo para dar entrada a un Sandro que salía bastante enchufado. Carreras para presionar tanto arriba como abajo en la banda contraria. Apenas unos tres minutos después chutaría el balón hacia la escuadra derecha de Ulreich que tuvo que volar para evitar un auténtico golazo. El Sevilla lo intentaba pero las piernas no daban para más y el Bayern supo cerrar un partido que lo acerca a las semis. Pero todavía no está todo dicho.