Volvía la Champions al Camp Nou. Azulgranas y romanistas presenciarían una batalla en el feudo culé con la mente puesta en conseguir el billete para estar en las semifinales de la competición europea. En una noche en la que los de Ernesto Valverde recibían al rival 'más asequible' del bombo, los de Di Francesco supieron plantarle cara a los imbatibles con la alta presión por bandera.
Con el infortunio de por medio, los italianos no se resarcirían demasiado y quedarían anulados por la ingenuidad personificada y por la autoridad que los locales supieron sacar a la luz en el momento en el que el esquema defensivo romanista quedaba disipado por la apertura de los espacios.
A 'La Lupa' le tocaba abrirse para intentarlo a contragolpe. A pesar de sus intentos, los goles de De Rossi y Manolas en propia puerta fueron el prólogo de una caída anunciada.
Pero en el feudo culé también se vivía una noche de reencuentros. El que fuera central y capitán del Fútbol Club Barcelona, Carles Puyol, sería el encargado de presidir el homenaje a Leo Messi. El crack argentino, centenario en la Champions, volvía a reencontrarse con el defensa catalán y antes del partido, todos los jugadores vivieron la emoción personificada a pie de campo.
Los jugadores salían al césped del Camp Nou para presenciar una batalla europea. Con los capitanes, Andrés Iniesta y De Rossi, presidiendo el duelo, azulgranas y romanistas eran conscientes de la dificultad de la eliminatoria. Los de Ernesto Valverde salían con la mentalidad de sentenciar la eliminatoria en su feudo y los de Di Francesco salían con la idea de no renunciar a su estilo de juego.
Con la alta presión en la salida de balón, los italianos le plantaron cara al conjunto azulgrana, anulándoles en efectividad e imponiendo carácter en el terreno de juego.
El infortunio de los romanistas se presenció en el momento en el que De Rossi ponía el 1-0 en el marcador con un gol en propia puerta. Los de Di Francesco, que estaban plantando la dificultad en el feudo azulgrana con una buena organización, comenzaron a verse sumidos en el caos europeo.
Los capitanes presidieron el duelo europeo | Foto de Noelia Déniz, VAVEL
Con el himno de la Champions de fondo, los jugadores ponían la máxima concentración en el duelo.
Los azulgranas eran conscientes de que no sería fácil superar la organización de la Associazione Sportiva Roma y las sensaciones se tradujeron a una noche en la que a los de Ernesto Valverde les costó sobrepasar a la zaga defensiva romanista.
Ernesto Valverde apostaba por un once con sorpresa incluida. Con Ter Stegen bajo palos, el conjunto azulgrana salía con Nélson Semedo en el lateral derecho, acompañando a Gerard Piqué, Samuel Umtiti y Jordi Alba en defensa.
Con un centro del campo reforzado por Sergi Roberto, Rakitić, Sergio Busquets y Andrés Iniesta, Ernesto Valverde apostaba por la contención. El de Reus recuperaba su posición natural y servía, a la vez, como refuerzo del de Badia del Vallès, que regresaba a los terrenos de juego después de haber estado tres semanas fuera por lesión.
Por último, en ataque salían Leo Messi y Luis Suárez.
La Associazione Sportiva Roma mostraba carácter en el Camp Nou. Los de Di Francesco no se lo pondrían fácil al conjunto azulgrana. Pero, por cuestión de mala suerte y de ingenuidad, fallarían en lo que menos contemplaban: la inocencia.
Alisson sería el protagonista de una noche de infortunio. El guardameta, que en todo momento fue considerado un peligro bajo palos para los azulgranas, fue el más perjudicado. El brasileño encajó cuatro goles frente al único de la Associazione Sportiva Roma, dos de los cuales fueron en propia puerta por intento de despeje de De Rossi y Manolas.
La emoción era encomendada por un Alisson que no bajaba la cabeza al principio, pero que terminó sucumbiendo al final.
En el lado contrario estaba pendiente Ter Stegen. El guardameta alemán, en todo momento acechado por la autoridad romanista, impuso carácter bajo palos. En un error cometido por él mismo, supo reaccionar a la perfección haciendo dos grandes paradas.
Con seguridad, el de Mönchengladbach presenció una noche europea en la que la presión estuvo presente en todo momento.
Después del gol de De Rossi en propia puerta, llegaba el de Manolas. El segundo gol era celebrado por Samuel Umtiti como suyo. Comenzaba el caos para los romanistas y los azulgranas, a partir de ese momento, se impondrían con claridad.
El barcelonismo se tildaba de euforia. Con los goles de Gerard Piqué y Luis Suárez, los de Ernesto Valverde sentenciaban el partido en el feudo culé con un 4-1 en el marcador. Los azulgranas, despegarán de tierras barcelonesas y aterrizarán en tierras romanistas con una clara ventaja y ya miran hacia el Olímpico de Roma para sentenciar una eliminatoria en la que cuentan con el favoritismo y en la que ya han dejado un pie y medio en las semifinales con la intención de prorrogar la buena racha.
