Este sábado, a las 20:45, el Leganés vuelve a tener marcada en el calendario una de las fechas que van agrandando su historia. Hace unos años era una quimera poder disfrutar un partido liguero frente al FC Barcelona y, dentro de tan solo dos días, el CD Leganés volverá a pisar el verde del Camp Nou por segunda vez en sus dos años en Primera.

Aunque los resultados hasta el momento entre ambos equipos sean favorables al líder de la liga, tanto el año pasado como esta temporada, el equipo pepinero viajará a Barcelona con la intención de asaltar el Camp Nou y llevarse los tres puntos a casa. Lo que sería una hazaña para el 'Lega', el año pasado estuvo a punto de hacerse realidad.

La temporada anterior, el CD Leganés visitaba el estadio blaugrana con el agua al cuello y recién empezada la segunda vuelta. Los fichajes invernales aún no se habían asentado y las sensaciones del equipo eran más que peligrosas, ya que el descenso atemorizaba a todos los blanquiazules, que necesitaban demostrar que merecían una plaza en Primera División.

El 'Lega' llegaba con una racha negativa peligrosa. Los tres partidos que precedieron a dicho encuentro se habían saldado con derrotas dolorosas, sobre todo la sufrida en Butarque contra un rival directo como era el Sporting de Gijón y que auguraba los peores presentimientos para el equipo del sur de Madrid, y el inicio de partido vaticinaba una derrota más que dolorosa.

Nada más empezar el encuentro, el Barça se adelantaba, y parecía que sería como el partido de ida [1-5] o incluso peor, pero no fue así. El equipo de Garitano se hizo grande y empezó a creerse que podía hacer algo más. Los futbolistas se vinieron arriba y las oportunidades del equipo culé desaparecieron. La presión pepinera creció así como la intensidad, y el Leganés dejó de ser el enanito que se enfrentaba ante un gigante intratable y empezó a creer ser David contra Goliat.

El segundo tiempo fue del 'Lega', y de una jugada perdida, Unai López encontró oro, y anotó el empate que daba alas al equipo, aunque se apagaran por un penalti dudoso pitado al borde del final y que certificó el doblete de Messi y el 2-1 final.

Por eso, tanto los aficionados como los jugadores deben creer que pueden conseguir lo que el año pasado estuvieron tan cerca. Sacar un punto en el Camp Nou es una victoria, ya que sería aprobar el examen que prácticamente, a principio de temporada lo das como suspenso. El año pasado casi se pudo, este  año debe ser.

A pesar de la derrota sufrida en Butarque contra el Valencia el pasado domingo, las sensaciones de los de Asier son buenas. Tan solo es necesaria la concentración total en los 90 minutos de partido, o incluso más. Además, con el antecedente de clasificarse a semifinales de Copa del Rey eliminando al Real Madrid en el Bernabéu, es hora de demostrar que el Leganés se hace grande en las ocasiones importantes, como esta.

El Barça, con una liga ya casi sentenciada, viene de jugar en casa contra el Roma, en los cuartos de final de Champions League, y el equipo pepinero debe aprovecharlo, para así, poder sacar petróleo, dar una sorpresa positiva y, prácticamente, certificar la salvación que llevan persiguiendo todo el año.