Espectacular. Así resumiría cualquier aficionado del Rayo Vallecano la temporada que ha realizado el Juvenil A. Ha logrado liderar el grupo V de la División de Honor, se ha clasificado para la Copa del Rey, y sobre todo, ha conectado de una forma increíble con el barrio. El apoyo que se transmitió el pasado domingo en la Ciudad Deportiva será un plus a utilizar por los chicos de Ángel Dongil en el próximo y último enfrentamiento de la temporada.

En busca del título

Nadie puede sentirse decepcionado por un equipo que tenía sus esperanzas puestas en quedar en la mitad de la tabla, y finalmente, contra todo pronóstico, ha conseguido desbancar al Real Madrid en la lucha por el título. Depende del último resultado que obtenga el Atlético de Madrid -líder tras el empate entre los de Chamartín y los de Vallecas-, pero los aficionados al conjunto de la franja pueden soñar por el momento, y en caso de que no se consiga, tener la cabeza muy alta.

23 victorias, 4 empates y 74 puntos durante 29 jornadas disputadas les mantienen en la segunda posición de la clasificación. Tan sólo dos derrotas han sufrido los de Ángel Dongil. Un equipo muy trabajado en ataque y en defensa, pero también en el centro del campo. El técnico, fiel al estilo del Rayo Vallecano, siempre ha querido mantener la identidad que el club transmite en todas las categorías sobre el césped. Y le ha funcionado notablemente.

Una de las jugadas del pasado encuentro entre el Rayo Vallecano y el Real Madrid | Fotografía: Rayo Vallecano S.A.D.
Una de las jugadas del pasado encuentro entre el Rayo Vallecano y el Real Madrid | Fotografía: Rayo Vallecano S.A.D.

La parroquia de Vallecas no podrá acompañar a los suyos en este último partido a domicilio. Pero desde el campo sentirán como todos los simpatizantes del club franjirrojo les mandan fuerzas desde donde se encuentren para alzarse, en primer lugar con el triunfo, y posteriormente por el título, si logran conseguirlo. Pero el equipo revelación de la División de Honor ha conseguido crear esperanza y expectación con su juego. Ahora sólo queda poner el broche de oro a una temporada de ensueño.