El enfrentamiento entre el Lugo y el Oviedo tuvo de todo. En primer lugar, fue uno de los partidos con mayor asistencia al Anxo Carro de toda su historia. Para algunos se decantó por el error previo de Juan Carlos en el gol carbayón; para otros, por la actuación del cuadro arbitral.

En la sala de prensa, luego del encuentro, Francisco valoró la acción que desencadenó en la expulsión de Kravets: "Al final, la entrada de Kravets con una tarjeta amarilla condiciona el partido. ¿Puede ser tarjeta? Pues claro que puede serla, pero luego hay otra entrada donde un jugador del Oviedo va al suelo y no llega al balón y no hay amonestación", declaró el almeriense. "A mí me indigna un poco. No quiere decir esto que el árbitro sea el culpable de la derrota. Hay que reconocer que jugar media hora con diez, como pasó contra el Valladolid o contra el Córdoba, es difícil para un equipo como el nuestro", aclaró.

"En la primera parte los dos nos estábamos respetando mucho, aunque nosotros hemos estado mejor en los inicios de ambas mitades. Hemos generado ocasiones, sobre todo la de Fede, que pudo cambiar el partido", comenzó explicando Francisco, para quien fue un "partido igualado hasta la expulsión". "Hemos intentado hacer el partido largo para ganar, pero no ha sido posible. Tenemos una mentalidad ganadora y una capacidad de sufrimiento increíble, y eso es lo que nos ha llevado a tener 48 puntos y estar luchando arriba en la pelea", reflexionó el míster en la rueda de prensa.

"Nos toca levantarnos y no pensar más allá que en seguir trabajando a tope para no relajarnos", concluyó. "Ahora mismo es difícil concebir un objetivo porque veníamos con la intención de ganar y meternos arriba", afirmó el entrenador del Lugo. "Me duele, el vestuario estaba comprometido a eso y se nos ha ido el partido en el último minuto. Tenemos que hacer una reflexión para ver que objetivo nos ponemos y luchar lo máximo posible", dijo.