El Girona venía con ganas de volver a los puestos europeos pero terminó rezando para que acabara el partido. Los de Machín querían aprovechar la contundente derrota sufrida por el Sevilla en Vigo pero terminaron recibiendo una de peor en San Sebastián. Los de Imanol fueron claramente superiores durante los noventa minutos y merecieron cada gol que lograron en un partido que el Girona no compitió.

Machín siempre se refería al partido en Ipurua (con un 4-1 final) como el partido en el que peor imagen dejó el equipo. Anoeta ha sido una repetición de aquel encuentro porque las sensaciones que ha dejado son prácticamente idénticas. Poco se ha visto del Girona de toda la temporada, del Girona que asaltaba grandes estadios y le ponía las cosas difíciles a cualquiera.

La Real Sociedad, por su parte, demostró que calidad no le falta. Imanol ha sabido dar con la tecla adecuada y ha conseguido que el equipo dé un giro de 180 grados. Quizá demasiado tarde esta temporada pero si siguen jugando así 2019 puede ser un año repleto de éxitos para los donostiarras. Los cambios del técnico vasco han surtido efecto y el nuevo doble pivote que utilizan los blanquiazules funciona a la perfección.

Delante de ese doble pivote Imanol suele plantear una línea de tres que descosió al Girona por completo. Januzaj, Oyarzabal y Canales hicieron diabluras en zona de tres cuartos y se abrieron paso entre las líneas defensivas del Girona como un cuchillo cortando mantequilla. Solo 10 minutos pasaron antes que Canales pusiera un centro a Oyarzabal para que este, sin tocar el balón, despistara a Bono y sumara el primer tanto en el marcador. 

La Real se adueñó del centro del campo con un imperial Rubén Pardo, que volvía a la titularidad tras una época de muy pocas oportunidades con Eusebio Sacristán. El riojano lideró el juego de su equipo, anulando por completo a Pere Pons y Granell y repartiendo juego a su antojo para que los de arriba marcaran la diferencia con su calidad, nadie le pudo toser al capitán.

La primera parte fue para olvidar para el conjunto de Machín, incapaz de controlar el centro del campo y de salir adelante. Borja García y Portu no aparecieron en ningún momento y eso lo notaron los rojiblancos. En especial Stuani que veía como sus socios no podían contactar con él. Mojica intentó aprovechar su velocidad con excursiones a la espalda de Elustondo, pero el central vasco (ayer de lateral), le detuvo en todas ellas.

Hacia la media hora de partido el Girona pareció levantar tímidamente la cabeza, con dos oportunidades para empatar. Eso lo detectó Ruben Pardo, que empeñado en dominar el partido puso un pase a las mil maravillas entre la defensa del Girona para que Januzaj marcara el 2-0. Ese gol supuso un varapalo muy duro para los de Machín, que agradecieron que el descanso estuviera a tan solo 10 minutos.

En la segunda mitad el Girona empezó con la posesión y los de Imanol salieron especulativos. Parecía que los de Machín iban a poder cambiar algo pero fue solo un espejismo, de escasa duración. Entró Zurutuza al campo en el 65’ y el poco dominio que tuvo el Girona se acabó por completo. El hispano-francés vio el partidazo de Rubén Pardo, al que sustituyó, y no se quiso quedar atrás. Si el riojano fue el rey en la primera parte el de Rochefort lo fue en la segunda tras lograr un hat-trick de asistencias.

De sus botas salió el gol de Oyarzabal, que solo ante Bono terminó con las aspiraciones del Girona poniendo el 3-0 en el minuto 70. Un cuarto de hora más tarde se repetiría la jugada, con los mismos protagonistas, para el cuarto de los donostiarras. Ya con el Girona derrotado, con el único objetivo de oír el pitido final, llegó la puntilla realista. En el último minuto los centrocampistas juntaron toda su magia en una espectacular jugada al primer toque, que culminó Juanmi delante de la portería. 

El Girona, por tanto, se va de vacío de Anoeta con muy malas sensaciones. No solo por perder sino por el pobre nivel de jurgo ofrecido. Sin embargo, que la decepción y la sorpresa sean tan mayúsculas demuestra el gran trabajo del equipo catalán durante toda la temporada. Algo que ya nadie podrá borrar de la historia, por muchos 5-0 que reciban los de Machín.

Si a principio de temporada se hubiera sabido que la Real Sociedad  iba a ganar 5-0 en Anoeta ante el Girona poca gente se hubiera extrañado en exceso. Al fin y al cabo, los donostiarras son equipo de Europa League y los de Machín debutan en la categoría, por tanto un resultado así no debería resultar tan raro.

Sin embargo, el partido contra la Real ha significado una gran sorpresa y desolación en Girona. Algo que solo significa que el equipo ha hecho, y está haciendo, una temporada espectacular en la que aún aspira a entrar en Europa. Este resultado ha sido, claro está, un retroceso en dichas aspiraciones, pero el Sevilla sigue solo a dos puntos y quedan siete jornadas.