En un partido no apto para cardiacos, el Sporting de Gijón se impuso por dos goles a uno a un gran Reus Deportiu, lo que le permite continuar, una semana más, al frente de la clasificación en La Liga 123.
Los tantos de Nano Mesa y Carlos Carmona (espectaculares ambos) pusieron por delante a un Sporting que, con la mente puesta en el choque del próximo domingo en Valladolid, se relajó en la segunda mitad. A punto estuvieron de pagarlo caro los hombres de Rubén Baraja, y es que Jesús Olmo, capitán del Reus, recortó distancias a balón parado, la asignatura pendiente del conjunto asturiano. Desde el gol roig-i-negre hasta el pitido final, dominio absoluto del Reus, que gozó de muchas (y muy claras) ocasiones para llevar la igualada al luminoso. El Molinón apretó los dientes y los tres puntos se quedaron, finalmente, en casa.
Para lograr el tan ansiado ascenso a Primera División hay que sufrir y el Sporting demostró que sabe hacerlo. Más aún cuando acumula siete victorias consecutivas, algo que no se veía en Gijón desde la temporada 1979/80, con José Manuel Díaz Novoa en el banquillo. Suma y sigue. A orillas del Piles, es tiempo para soñar despiertos.
Dubitativo
Con las obligadas novedades de Hernán Santana por Sergio Álvarez y de Nano Mesa por Michael Santos saltaba el Sporting al terreno de juego. A pesar de que los locales partían, sobre el papel, como grandes favoritos, pronto descubrirían que el choque no iba a ser precisamente un camino de rosas. No en vano la Segunda División española es la competición más igualada del planeta. Tanto es así que el Reus pudo inaugurar el marcador en los primeros compases. Una vez más, Diego Mariño y la madera se encargaron de evitarlo.
De la duda a la certeza en un abrir y cerrar de ojos
El Reus perdonó y, cuando logró recomponerse, ya se encontraba con dos goles de desventaja. Eficacia de líder la del Sporting. En primera instancia, Nano Mesa culminó desde el área chica una bellísima jugada trenzada por Carmona y Jordi Calavera. Pura fantasía. Fútbol de salón. Poco después sería el propio Carmona quien se encargaría de enviar al fondo de las mallas un córner magistralmente botado por Rubén García al balcón del área. Si el primer tanto había sido bueno, este aún mejor. La pizarra del 'Pipo' comienza a dar sus frutos.
A sufrir
Ya en la segunda mitad, el Sporting, sabedor de la importancia del partido del próximo fin de semana ante el Real Valladolid en Zorrilla, se dejó ir. Un error que a punto estuvo de costarle los tres puntos. En una competición tan igualada como Segunda División cualquier despiste o relajación es sinónimo de disgusto.
A base de corazón, el Reus encerró al cuadro local en su propio área y, aprovechándose de su debilidad a balón parado, recortó diferencias a falta de más de cuarenta minutos para el pitido final.
Desde el tanto de Olmo y hasta que Ocón Arraiz decretó el final del encuentro, la parroquia rojiblanca, fiel como pocas en los momentos duros, se mantuvo al lado de los suyos. A pesar del asedio al que estaba siendo sometido el Sporting, la falta de puntería de los atacantes reusenses evitó el descalabro del líder.
Algo más que fútbol
El detalle más bonito del choque, no obstante, no tuvo lugar sobre el césped, sino en el videomarcador de El Molinón. Y es que el Sporting de Gijón aprovechó el duelo ante el Reus para homenajear a Pelayo, jugador asturiano que actualmente milita en el Albacete Balompié y que se recupera de una caída desde el balcón del hotel de concentración de su equipo en Huesca.