El pasado sábado La Romareda presentó un impresionante lleno casi en su totalidad para recibir a la SD Huesca. O al menos eso parecía visualmente, ya que las cifras oficiales reflejaron una asistencia de 28.917 espectadores. Esas cifras daba La Liga, a pesar del aspecto visual y de que el propio Real Zaragoza anunciara un par de días antes que sólo quedaban unas 500 entradas a la venta. Pero el de este sábado no es el único caso esta temporada en que las cifras oficiales sean inferiores a las apariencias.

El partido de ida contra el Osasuna

Allá por el pasado 15 de octubre llegaba el CA Osasuna a La Romareda para disputar la jornada 10 del campeonato liguero. El Real Zaragoza venía en racha en plenas fiestas del Pilar, tras haber ganado el domingo anterior por 3-0 al entonces líder, el Numancia, y el miércoles de esa semana por 0-2 en Lorca. La Romareda presentaba una gran asistencia a pesar de tratarse de un domingo a las 20:30 horas de la tarde, y sólamente parecían quedar libres algunos huecos en la Tribuna Oeste, la situada detrás de los banquillos. Sin embargo, la cifra oficial de asistencia fue de 22.679 espectadores. No daba la impresión de haber casi 12000 asientos vacíos.

El encuentro contra el Lorca en plena racha de victorias

Caso parecido ocurrió también en la jornada 30. El Real Zaragoza volvía a La Romareda tras haberse llevado los tres puntos del Estadio de Los Pajaritos por primera vez en la Segunda División, y de haber ampliado la racha de victorias a cuatro consecutivas (que llegarían a ser seis). El 11 de marzo a las 12:00 horas del mediodía, la afición zaragocista vería a su equipo vencer por 3-1 al Lorca FC. Aunque el estadio aparentó albergar a bastante más gente, las cifras oficiales fueron de 23.987 espectadores.

La solución al misterio

La respuesta a la duda de por qué las cifras oficiales suelen ser bastante inferiores a las sensaciones visuales parece ser que La Liga cierra el recuento de la asistencia unos minutos antes de comenzar los encuentros, por lo que se deja de contar a unos cuantos aficionados, que entran a ocupar sus asientos más tarde de ese cierre de recuentos. Otra posibilidad es que alguno de los tornos de La Romareda,  debido a todo el uso que se les ha dado, se haya estropeado y no cuente bien el número de entradas que pasan por ellos.