La era de Imanol Alguacil en el primer equipo de la Real no ha podido tener un mejor comienzo. Dos partidos consecutivos sin conocer la derrota y sin encajar goles, cerrando la sangría defensiva de la anterior etapa con Eusebio al frente. Los cambios se han notado en las dos primeras jornadas del técnico oriotarra en el banquillo de la disciplina txuri urdin desde que subió del Sanse a entrenar en Primera División.

En los entrenamientos Imanol corrige las posiciones de los jugadores y si algo ve que no es correcto, alza la voz para que los futbolistas estén preparados físicamente y también psicológicamente para encarar el tramo final de temporada enchufados. Todos los integrantes de la plantilla se sienten importantes, gracias a las rotaciones del oriotarra que introdujo seis cambios contra el Girona respecto a Ipurua, alineando a Héctor Moreno, Kevin, Rubén Pardo como capitán que no jugaba desde noviembre y Canales, además de meter en la segunda parte a Zurutuza y Juanmi. Imanol ha confiando en los descartes de Eusebio, el centrocampista riojano estaba en el ostracismo y recuperó el protagonismo el domingo en Anoeta siendo titular y portando el brazalete, además dio una asistencia de gol a Januzaj entre líneas. Otro de los jugadores que está apovechando la llegada de Alguacil al primer equipo es Januzaj, el belga está mejorando sus prestaciones y marcó su tercer gol en Liga.

Juego más directo, intenso y defensa sólida

Imanol Alguacil ha impuesto su personalidad en el estilo de juego txuri urdin. En la banda de Anoeta se le vio dando indicaciones a los jugadoores, corrigiendo las posiciones y metiendo intensidad al juego.

Los jugadores le apoyan y comprenden que deben pelear y meter el pie para ganar los partidos, y es por eso que ahora se ve a una Real más vertical, con menos pases y más fluidez en el centro del campo. Ha pasado de jugar un 4-3-3 a hacerlo con un 4-2-3-1 con doble pivote y tres mediocampistas ofensivos, ganando en equilibrio y un fútbol menos horizontal, siendo menos previsibles y añadiendo a sus recursos más llegadas al área siendo más directos y sin abusar del control del balón. Una de las decisiones que ha tomado Alguacil ha sido saber defender sin tener el control del partido, es decir, cuando el rival tiene el esférico la Real junta las líneas y roba para salir rápido a las contras.

Por último, dejar la portería a cero en dos partidos seguidos es una de las señales del trabajo diario en Zubieta preparado por el técnico oriotarra. Los jugadores son más solidarios y la defensa es más férrea que antes, el domingo apenas recibió peligro por parte de los delanteros del Girona y eso fue gracias a la concentración y posicionamiento de los zagueros realistas.