El Pontevedra conquistó su segunda Copa Federación tras empatar a cero en Pasarón y defender con éxito el 0-1 que traían de la ida. No sin sufrimiento, los gallegos siguen con su excelente racha de resultados a la que buscarán dar continuidad en liga. El Ontinyent tuvo en Soler y Leonardo varias oportunidades de mandar el partido a la prórroga pero la sequía de goles fue fundamental para el resultado de esta final.

Primera parte sin sobresaltos

Con un título oficial en juego, los dos equipos optaron por poner el modo seguro en los primeros compases del partido para evitar sustos. No se forzaba más de lo necesario y a cada error en un pase comprometido le seguía una falta táctica que cortara la posible transición ofensiva del rival. Las únicas ocasiones llegaban en momentos puntuales pero no eran del todo claras. El Pontevedra era quien transmitía una mayor sensación de peligro, gracias a un disparo de Iván Martín desde la frontal del área que Satoca pudo rechazar a córner. Minutos después, Prosi efectuaría un lanzamiento de falta que de nuevo el portero del Ontinyent mandaría a saque de esquina. Estas dos ocasiones sacaron de su letargo a los valencianos, y en el minuto 11 un robo de balón en campo rival les permitió gozar de una buena oportunidad en la cabeza de Raúl González, pero su remate se marchó muy desviado.

Con los dos equipos ya completamente asentados, la mayor parte del juego se desarrollaba en el centro del terreno de juego, entre pases que no encontraban a su destinatario o balones largos que las defensas conseguían despejar sin problemas. Tan solo era la primera parte y ni Pontevedra ni Ontinyent querían salirse de su plan de partido concediendo nada al rival. A los gallegos les valía el empate y tendrían que ser los visitantes quienes movieran ficha.

Comienza la ofensiva del Ontinyent

Y así lo hizo Vicente Parrás a los diez minutos de iniciarse la segunda mitad. Decidió quitar músculo del medio campo para dar entrada a Leonardo, con el fin de que actuase como referencia ofensiva gracias a sus cerca de dos metros de altura. Sin que se hubieran disputado ni 20 segundos desde la sustitución, el delantero gozó de la mejor ocasión del partido. Completamente solo dentro del área y con toda la portería para él, su remate de cabeza no encontró el gol. El Pontevedra pedía oxígeno y Luismi respondió metiendo a Kevin Presa pero el resultado no fue el esperado y el Ontinyent seguía llegando con peligro. Primero Anxo se vio obligado a intervenir en un mano a mano ante Soler y cinco minutos después volvería a ser Soler quien llevara el peligro para los suyos. Tras ganar en la carrera a Josiño, puso un centro envenenado que Pacheco mandó a córner con un gran despeje.  De no haber sido por el central hubiera caído el primero de la noche.

El Pontevedra asume el control y se hace con el título

Con 15 minutos por disputarse el Ontinyent se fue con todo a por el gol pero eso conllevó serias lagunas tácticas. El Pontevedra supo leer esos últimos minutos del encuentro a la perfección y apenas concedió a su rival la posesión del balón. Incluso tuvo una gran oportunidad para sentenciar la final pero el pase de la muerte de Marcos Álvarez fue rechazado por un defensa.

El tiempo de descuento nos dejó un mal sabor de boca con una falta muy fea por parte de Jesús Barbeito que se saldó con amarilla para el juvenil y trifulca entre ambos equipos de la que Russo salió expulsado. El Ontinyent lo intentó con balones largos, pero el Pontevedra tiró de solidez para proclamarse campeón de la Copa Federación.