Gestionar un equipo de fútbol no es tarea fácil, pero si además es un filial en una categoría tan exigente como la Segunda División la tarea conlleva un añadido de dificultad.

Inicios en la categoría de plata

Gerard López tuvo una ardua tarea en los playoffs de ascenso a Segunda División durante la temporada pasada. Tras enfrentarse a equipos históricos como el Racing de Santander, consiguió el ansiado ascenso tras dominar el Grupo III de la Segunda División B.

Tras el ansiado ascenso, el bloque del equipo se vio afectado por la multitudinaria marcha de jugadores a otros equipos. Las peticiones de Gerard López a la secretaría técnica se cubrieron de manera parcial, con las incorporaciones de jugadores como José Arnáiz deseo principal del entrenador granollense que acabó desembarcando en Can Barça.

En cambio otras incorporaciones como la del 'Choco' Lozano o David Concha decepcionaron hasta el punto de que en el mismo mercado de invierno marcharon a otros equipos.

Continuos contratiempos

Sumado a algunos fracasos en materia de fichajes, han habido otros factores que han obligado a Gerard López a innovar en sus onces y ser de esta manera el único equipo que no ha repetido once en todo el campeonato liguero.

Los compromisos de jugadores como Carles Aleñá, José Arnáiz y Adriá Ortolà con el primer equipo y de Oriol Busquets, Abel Ruiz, Juan Miranda y Carles Pérez con el equipo juvenil en la UEFA Youth League han mermado y mucho las capacidades de la plantilla de Gerard López.

Las lesiones de larga duración de jugadores como José Arnáiz, Oriol Busquets o Ferran Sarsanedas han sifo un nuevo añadido que a la larga han acabado provocando que el equipo se encuentre en puestos de descenso antes de enfrentarse a la SD Huesca este próximo lunes.

Los oscenses, que no pasan por su mejor momento, intentarán sumar los tres puntos para pelear por el liderato mientras que los azulgranas deberán ganar para volver a adelantar a la Cultural Leonesa en la clasificación y poder salir de los puestos de descenso.