El mundo de fútbol ya saborea el torneo más prestigioso a nivel de selecciones. Con la mayoría de las ligas más importantes del continente europeo prácticamente decididas, la preparación para el Mundial empieza a ser clave para los jugadores que quieren llegar a formar parte de su combinado nacional. También los seleccionadores empiezan con su dolor de cabeza habitual para elegir a los 23 futbolistas que defenderán la camiseta de su país.

Alemania será la encargada de defender un título que lleva consiguiendo un país europeo en las últimas tres ediciones (Italia en 2006, España en 2010 y Alemania en 2014), y este año muchas son las selecciones que quieren ocupar esa prodigiosa plaza. España vuelve a ser de las favoritas para conseguir el oro que intentó revalidar hace cuatro años pero que, desgraciadamente, sufrió uno de los varapalos más fuertes de su historia.

Goleados y humillados, así fue el adiós de la selección que defendía título bajo el clima tropical de Brasil. Un 5-1 en el partido de debut ante Holanda, país al que venció en la final de Johannesburgo, Sudáfrica, acabando eliminados en la fase de grupos. Así de caprichoso fue el destino para una España que se vio con todo y acabó en el lodo.

Ganas de revancha

Pero la selección española de Lopetegui es distinta a la de los últimos años de Vicente del Bosque. En el último torneo, la Eurocopa de Francia, España cayó frente a Italia en octavos de final, poniendo fin a una época dorada. La selección que actualmente dirige Julen Lopetegui ha cambiado, tiene otra cara, otra imagen, sobre todo en el último amistoso donde España goleó a una de las favoritas para conseguir el Mundial.

España doblegó a Argentina [sin Messi] 6-1 en el estadio Wanda Metropolitano. La Roja demostró ser un equipo completo capaz de dominar un partido tanto con balón como sin balón, y eso es lo que ha cambiado con Lopetegui. Ahora, la selección española también sabe jugar a esperar, a que sea el otro equipo el que lleve el control, y no al revés. Un equipo completo, como si fueran piezas de un puzzle que encajan a la perfección.

Con una fase clasificatoria perfecta, España consiguió acabar primera de grupo con nueve victorias y un empate de los diez partidos que disputó, además de ganar a Italia en el Bernabéu con un poderío de campeón. Parecía que el rol de favorito a España se le había quedado grande en los últimos torneos, pero para este Mundial vuelve a serlo y, si no lo es, debería.

Un equipo perfecto y completo

Empezando por la portería, David De Gea ha conseguido con sus actuaciones galardonarse como uno de los mejores porteros en la actualidad. El meta del Manchester United asumió el papel de ocupar el vacío que dejó Casillas y, con tan solo tres goles encajados en los diez partidos de clasificación, ha demostrado estar en plena forma y ser el portero perfecto para este combinado.

Pero De Gea no está solo, ya que delante de él tiene una línea de cuatro jugadores, [o de tres si quiere probar Lopetegui con cosas nuevas] que permiten que el canterano del Atlético de Madrid esté seguro bajo palos. Ramos y Piqué, acompañados de dos laterales que están en uno de los mejores momentos de su carrera, Carvajal y Jordi Alba, se encargarán de la defensa de un equipo que, con el talento en el centro del campo, la palabra magia se hace realidad en cada encuentro.

Porque el engranaje perfecto de un equipo es tener una buena solidez en el medio, y España la tiene. Da igual el jugador que sea, el trabajo casi desapercibido que realiza Busquets, la clase de Thiago, Koke,, y la magia de Iniesta, Silva y un descontrolado Isco con la selección, permite a España desarrollar el juego que llevaba practicando en los últimos años, pero incluso con un poco más de chispa, como la que le proporciona Asensio o Lucas Vázquez.

Y arriba, en la punta de ataque, el dilema sigue estando en boca de todos. Diego Costa, Morata, Aspas o Rodrigo, da igual cuál sea el elegido porque, con sus últimas actuaciones con la selección, lo único seguro es que lo hará bien.

Sin embargo, España no solo asusta por los jugadores que puedan ocupar el once titular, sino que también asusta por los que se quedan a la espera en el banquillo hasta tener su oportunidad, y que hacen que los titulares aún sean mejores. Incluso, España tiene la suerte, o la mala suerte según se vea, de tener que descartar a muchos jugadores que podrían llegar a ser titulares en otras selecciones, pero aquí no caben todos.

A por todas  y sin miedo

La Roja ha confirmado su presencia, le ha dicho al resto de selecciones que estará en el Mundial sin importarle que en el sorteo no estuviera entre los ocho mejores; sin importarle el último Mundial y la última Eurocopa; sin importar el rival al que se vaya a enfrentar porque la confianza y seguridad que muestran estos jugadores hace posible que de nuevo un país entero vuelva a vibrar y grite a los cuatro vientos cada una de las acciones de sus jugadores.

Fuera críticas y fuera reproches. Esta selección es nueva, distinta a las anteriores y distinta a las demás. Es vistosa, valiente y confiada, segura de lo que hace. Quiere seguir cumpliendo sueños y, conseguir su segundo mundial sería el mayor regalo para un país que se sintió en el cielo y bajó al suelo de golpe. Se ha repuesto con firmeza y ya no tiene el miedo, ni lo quiere ver de cerca. Esta selección puede volver a hacer grande a un país que quedó hundido después de conseguir todo.