Una y otra vez, Abelardo declaraba que firmaría salvarse en el Sánchez Pizjuán en la última jornada. Sabedor de la situación clasificatoria del equipo la machada era posible pero resultaba complicada. Con seis puntos en el casillero el técnico asturiano se dispuso a coger la nave albiazul. Era diciembre y los gasteiztarras estaban sumergidos en el fondo de la tabla.

El Pitu fue capaz de recuperar a futbolistas que andaban escasos de confianza y el vestuario se unió para intentar conseguir la permanencia. Con una idea de juego sencilla y utilizando la lógica el equipo empezó a sumar de tres en tres. Aquella memorable remontada de Girona supuso un clavo ardiendo al que todo el plantel se agarró como última esperanza. Después de la gesta de Montilivi, se sumaron seis frente al Las Palmas y Málaga y se ofreció la imagen de un equipo gigante en el Wanda Metropolitano.

En Girona comenzó todo. Fotografía: LaLiga
En Girona comenzó todo. Fotografía: LaLiga

Se comenzaron a escalar posiciones y gracias a un trabajo excepcional el equipo empezó a creer de que el milagro era posible. La afición también jugó su papel. Esa hinchada nunca dejó de alentar a los suyos  y estuvo junto al equipo en las buenas y en las no tan buenas. Los halagos de los rivales que visitaban Mendizorrotza llegaban por algún motivo.

Hubo tiempo para la Copa del Rey donde el Deportivo Alavés no consiguió el billete a semifinales de milagro. Ante todo un Valencia y con la salvación en mente el conjunto vitoriano superó por momentos al conjunto ché. Casi nada.

El mes de febrero también fue magnífico. Se sumaron nueve de 12 puntos posibles y la tropa sacó la cabeza del pozo. Después llego un bache y el equipo llegó exhausto a las vacaciones de semana santa. Tras el parón se volvieron a cargar las pilas y se sumaron puntos que han servido para sellar la permanencia.

Es verdad que se ha sufrido mucho y el recorrido no ha sido para nada sencillo. Aun así, ha merecido la pena y se ha conseguido el objetivo con suficiente antelación. La capital alavesa seguirá siendo de Primera División y el Alavés volverá a medirse ante algunos de los clubes más potentes del planeta. Como decía el Pitu la salvación hay que celebrarla sacando el autobús a las calles vitorianas. No es para menos y es que la esquadra albiazul ha protagonizado una de las hazañas más grandes vistas en La Liga Santander. Bendito Glorioso.

La afición ha jugado un papel muy importante. Fotografía: LaLiga
La afición ha jugado un papel muy importante. Fotografía: LaLiga
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Sobre el autor
Mikel Zumalde
Etorkizuneko komunikatzailea. Estudiante de Comunicación en la Universidad del Pais Vasco. Ambicioso y optimista.