Con la victoria contra el Espanyol la pasada jornada, parecía que se rompía la mala racha del club azulgrana, culpable del salto que se había estado formando entre los clubes que iban a afrontar la recta final con aspiraciones europeas y el conjunto vasco. Pero no fue así.

Un partido pobre de goles, colmado de interrupciones y duras faltas, terminó siendo del equipo visitante, que tuvo más acierto de cara al gol que el local. Un gol que devolvería al Getafe a la pugna por las competiciones que unen a los mejores equipos del continente.

De este modo, Mendilíbar fue directo acerca de las claves del partido, el gol iba a ser decisivo y quién anotara primero se iba a llevar el partido y así fue. Comentó la forma de jugar del club azulón, su excelente forma de defender y lo difícil que se hace remontarles un gol.

Lo que le llevó a hacer hincapié en la falta de huecos en el área por la acumulación de jugadores. Tan sólo en un par de jugadas pudieron encontrar superioridad numérica.

Mendilíbar lo tiene claro, lo han dado todo, lo único que se puede achacar son los goles encajados en los minutos iniciales, ya que ante equipos con un perfil tan defensivo es difícil remontar ante esta circunstancia.

No faltaron las preguntas acerca de la pérdida de tiempo. Se mostró franco, "Todos somos tramposos, pero ellos son los mejores, ya que hay un juez que lo permite." A lo largo del encuentro se dieron varios momentos en los que el reloj corría, pero no había forma de que el juego continuara.

También opinaba el director técnico, que los jugadores habían tenido una actitud impertérrita, "no nos hemos vuelto locos", y que habían esperado cautos el momento en el que pudieran hacer gol, a pesar de que finalmente no pudo ser así.

También habló sobre Rubén Peña, el momento de utilizarlo en dicha posición, y si, quizá, debió haber sido antes. La respuesta ha sido clara: no. El jugador es polivalente y tiene la capacidad de jugar en varias posiciones del campo, hoy ha sido en este lugar.

Mendilíbar: conforme con el compromiso y actitud de su equipo; disconforme con el gol encajado.