No importaba ni el cómo, ni con quién, tan solo había que ganar. Tres puntos de oxígeno, tres puntos de aire para la parroquia onubense a costa de un San Fernando que, a pesar de sus 45 puntos desde la mitad de la tabla, aún tiene que terminar sus deberes.

Era una absoluta final para los locales, que recibían en el Nuevo Colombino a un San Fernando ya menos acuciado por el descenso tras su gran victoria de la jornada pasada en Bahía Sur. El encuentro ni mucho menos fue fácil para los de César Negredo a pesar de su gran arranque. Tras varias ocasiones erradas, fueron los gaditanos quienes cogieron las riendas del partido y quienes se acercaban con más peligro a la meta de Marc Martínez.

Al entretiempo se llegó sin goles, pero con un partido repleto de tensión por ambas partes. Ya en el segundo acto, avisaron los azulinos con una muy buena ocasión de Lolo Guerrero, pero poco después serían los onubenses los protagonistas y de manera más certera: tras una jugada muy enrevesada, el disparo de Lazo se adentraba en la meta de David Ramírez.

Dos penaltis y un final de infarto

Con el 1-0 en el luminoso, el San Fernando se lanzó lógicamente a por la igualada con un constante arrecio de balones parados y córners. Más por empuje que por fútbol, pero el miedo estaba instalado en los graderíos del Nuevo Colombino, la victoria no podía escaparse.

Ya en los minutos finales el Recre encontró otra bomba de oxígeno en un penalti que transformaría Boris Garrós. Pero así como una pena máxima les alivió, apenas minutos después otra en el área contraria devolvió todos los miedos. Pedro Ríos no fallaba, y el árbitro regalaba a la parroquia onubense siete larguísimos minutos de tiempo añadido en los que, en esta ocasión, no hubo final trágico. Así, tres puntos de absoluto alivio para el casillero del Decano ante un San Fernando que batalló hasta el último segundo por terminar de sellar su salvación.