3 de septiembre del año 2000. Primera jornada del Campeonato Nacional de Segunda División. Un Betis, que había vuelto a la categoría de Plata tras seis temporadas en la élite, se desplazaba hasta el Multiusos de San Lázaro para medirse ante la Sociedad Deportiva Compostela. En el banquillo visitante se sentaba Fernando Vázquez, que había asumido el reto de devolver a los verdiblancos al lugar del que no debieron marcharse unos meses antes. El entrenador de Castrofeito más tarde sería cesado tras una serie de malos resultados que amenazaron el ascenso, pero eso es otra historia.
Lo realmente destacable de aquella tarde, más allá de que el Betis no fuese capaz de sacar más allá de un empate a cero, fue que debutó un chaval que apenas mes y medio antes había cumplido los 19 años. Canterano y natural de El Puerto de Santa María, aquella tarde se estrenaba con el primer equipo un tal Joaquín Sánchez y lo hacía saliendo desde el inicio. Con el ‘27’ a la espalda, el chico completó 70 minutos de encuentro y entonces sería sustituido por Juan José Cañas.
Como todo joven que debuta con el equipo de su vida, se mostró un tanto nervioso en algunas fases del encuentro, pero la confianza del míster en él fue aumentando a medida que pasaban las jornadas. Poco a poco, el portuense se hizo con un hueco en el primer equipo y concluye la campaña habiendo jugado en 38 choques (todos menos cuatro), de los que 26 fueron como titular. La temporada finaliza con el ineludible objetivo de conseguir el ascenso con aquel 0-2 en el Viejo Estadio de La Victoria de Jaén y su nombre suena cada vez con más fuerza en el panorama futbolístico. Además, también se estrena como goleador y consigue tres dianas. La primera, la más especial, al ya desaparecido Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con un sensacional disparo de volea cruzado. Luego, también marca, en ambos casos de cabeza, al Getafe y al Córdoba.
La consolidación en la élite
Joaquín da el salto a Primera División y lo hace como jugador del primer equipo de pleno derecho. Ahora llevará ese ‘17’ que ya nadie es capaz de no relacionarlo con él. Solo tarda tres jornadas en hacer su primer gol en la élite, siendo el Real Madrid su víctima. La 2001/02 es la temporada de su confirmación y ésta concluye de forma muy exitosa tanto para el equipo como para él. De la mano de Juande Ramos, el Betis finaliza en sexta posición en su año de retorno a la máxima categoría, algo que es sinónimo de regresar a Europa y de jugar la ya extinta Copa de la UEFA. Joaquín, por su parte, se hace el dueño indiscutible de la banda derecha del cuadro heliopolitano y recibe la llamada del seleccionador José Antonio Camacho para disputar el Mundial de Corea y Japón. Con 20 años muy pocos jugadores pueden presumir de haber acudido a una cita mundialista.
En los dos cursos siguientes se vería al Joaquín más goleador, ambos con Víctor Fernández como entrenador. En el primero de éstos vería puerta en las tres competiciones que el Betis disputó. De esta forma, Joaquín firma nueve goles en Liga, destacando dos de ellos por ser la primera vez que lo hace tanto en un derbi, frente al Sevilla, como de libre directo, ante el Villarreal, respectivamente; dos en Copa, ante el Palamós; y uno en UEFA, ante el Viktoria Zizkov checo. Un año después, consigue siete goles y es convocado por Iñaki Sáez para la Eurocopa de Portugal de 2004.
Joaquín, en su apogeo
Pero lo mejor estaba por llegar. Su carrera tuvo su momento culmen en aquel inolvidable 2005 que tanto le dio al gaditano y al Betis. Y es que el cuadro de Heliópolis firmaría en la 2004/05 la mejor campaña de su historia. Lorenzo Serra Ferrer, actual vicepresidente deportivo del club, se sentaba en el banquillo. Como es sabido por todo el aficionado bético, el conjunto de las Trece Barras se clasificó por primera vez para disputar la Champions League, con un espectacular cuarto puesto que le llevaría a jugar la fase previa de esta competición unos meses después. Por si fuera poco, unas semanas después de sacarse el billete continental, los verdiblancos levantaron su segunda Copa del Rey tras vencer por 2-1 a Osasuna en el Vicente Calderón.
Joaquín se había convertido, con creces, en la pieza más indispensable del equipo. Habiendo estando presente en los 46 encuentros que el Betis disputó entre las dos competiciones, empieza a despertar cada vez más el interés de los mejores equipos de Europa, que sueñan con hacerse con sus servicios. En España, el que primero intenta el fichaje del portuense es el Real Madrid, pero quienes verdaderamente se vuelcan en su adquisición son Roman Abramovich y su Chelsea. El multimillonario hace todo lo posible por incorporar al extremo, pero ni este último ni Manuel Ruiz de Lopera dan el paso de llevar a buen puerto la negociación. “Otra vez el ruso con la oferta para atrás”, decía el por entonces máximo dirigente del Betis con tono jocoso en una de sus más célebres ruedas de prensa.
No obstante, a la primera etapa del canterano con la verdiblanca no le quedaba mucho más. La campaña 2005/06 sería aquella en la que entonaría el “hasta luego”. El Betis comienza el año superando la fase previa de la Champions League eliminando al que dos temporadas antes había sido subcampeón de la misma: el Mónaco. En el sorteo de los grupos la suerte no está de su lado y tiene que enfrentarse al vigente campeón, el Liverpool; al Chelsea de José Mourinho; y al Anderlecht. Su papel es más que digno, con una victoria ante el Chelsea y un empate en Anfield como máximos exponentes, pero no le vale para pasar a octavos aunque sí para ir a la UEFA por haber quedado tercero en el grupo. En Liga, los verdiblancos se salvan del descenso en la penúltima jornada y tanto Serra Ferrer como Joaquín deciden que es el momento de hacer las maletas.
El traspaso al Valencia
El portuense, que en verano es convocado por Luis Aragonés para asistir al Mundial de Alemania, acaba firmando con el Valencia, pese a los intentos de Lopera en retenerle. El de la calle Jabugo “castiga” a Joaquín con una cesión al Albacete, que por entonces militaba en Segunda División. Éste siempre tenía activa una cláusula en el contrato de sus jugadores que le permitía ceder a éstos al equipo que desease. “Me dice el presidente que me manda cedido… Llegué a las oficinas del Albacete y allí no me esperaba nadie. Estaba todo cerrado”, decía Joaquín unos días después de que se solucionase el asunto más surrealista de su carrera deportiva.
En la capital del Turia vive un primer año muy fructífero en el que vuelve a jugar la Champions League y es clave para que su flamante equipo finalice en la cuarta plaza. Quique Sánchez Flores deposita toda su confianza en él desde el primer momento y se convierte en uno de los buques insignias de aquel Valencia de Cañizares, Marchena, Baraja, Silva y David Villa.
El año de Koeman y la segunda Copa del Rey
No tan bueno sería su segunda temporada en Mestalla. No por su rendimiento, todo sea dicho, sino por cuestiones de índole más bien extradeportiva. Todo empieza cuando la directiva valencianista despide, incomprensiblemente, a Quique Sánchez Flores, que tiene al equipo en los puestos altos de la clasificación. El sustituto es Ronald Koeman, que a su llegada apuesta por apartar a los tres capitanes (Cañizares, Albelda y Vicente). La temporada es calamitosa y pese a que se proclama campeón de la Copa del Rey, el Valencia está muy cerca de los puestos de descenso y el objetivo entonces no es otro que salvar la categoría. Koeman es destituido a cinco jornadas del final y le sustituye Salvador González “Voro”, que haciendo honor a su nombre consigue un final tranquilo y eleva al equipo hasta el décimo puesto.
Joaquín, que había sido un fijo en las convocatorias de la selección, se cae de la última lista antes de la Eurocopa de Austria y Suiza y finalmente Luis Aragonés no opta por llevárselo a la cita. El portuense no volvería nunca más a la Roja. Probablemente, el año tan convulso vivido en su club fue el máximo detonante para que ahora no pueda presumir de haber formado parte de ese gran combinado nacional que conquistó Europa en 2008.
Estabilidad deportiva en Mestalla
Las tres últimas temporadas del por entonces jugador ché serán más positivas. En Mestalla buscan encontrar la estabilidad que tanto ha escaseado unos meses antes y ven a Unai Emery como el mejor preparado para llevar el timón de la nave valencianista. De nuevo, Joaquín se gana la titularidad rápidamente y el equipo logra un sexto puesto que en condiciones normales quizás habría resultado ser decepcionante pero no tanto en aquel curso dado lo acaecido en el anterior. No obstante, las campañas 2009/10 y 2010/11 son bastante mejores y el Valencia obtiene en ambas la tercera posición. Del extremo cabe decir que en esta última consigue su primer gol en Champions League, en un choque en el que el Valencia tumba al Bursaspor turco por 6-1.
Fichaje por el Málaga del jeque
De esta forma, en el verano de 2011, Joaquín decide cambiar de aires seducido por el ambicioso proyecto de Al-Thani en el Málaga y se une a una larga lista de fichajes de renombre entre los que destacan Willy Caballero, Demichelis, Mathijsen, Nacho Monreal, Toulalan, Isco, Cazorla o Van Nistelrooy, entre otros. En el banquillo, por su parte, se sentaba Manuel Pellegrini. Con estos futbolistas, el equipo costasoleño tiene todos los visos de triunfar y esto lo refrenda con un cuarto puesto final que hasta ahora significa la mejor clasificación de su historia.
Pero la afición malaguista todavía iba a disfrutar de algo mejor. En el curso 2012/2013, el Málaga finaliza en sexta posición y alcanza los cuartos de final de la Champions League. Joaquín hace tres goles en la máxima competición continental, y pese que hace uno ante el Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park al cuadro blanquiazul no le vale para clasificarse a semifinales. De aquel encuentro todo el mundo recuerda las controvertidas decisiones del colegiado, que concedió un gol en claro fuera de juego al equipo de la región del Ruhr que a la postre fue decisivo para la eliminación del Málaga.
La única experiencia en el extranjero
Joaquín arriba en Florencia en la que sería su primera y única experiencia en el extranjero. En el club viola, a diferencia de lo que había sucedido allá donde había ido, no entra en la titularidad con la misma frecuencia, sobre todo en la segunda de las temporadas que permanece en la capital de la Toscana. No obstante, el paso del tiempo lo acaban haciendo indiscutible y realiza un final de curso sensacional.
Acabada la temporada 2014/2015, Joaquín cree que es hora de volver a casa, cosa que manifiesta continuamente cada vez que puede, ya sea por medio de entrevistas o a través de redes sociales. Pese a que desde la planta noble del Artemio Franchi se hace todo lo posible por bloquear el regreso de Joaquín a Heliópolis, la decisión del jugador está más que tomada.
Vuelta a casa
El traspaso finalmente no se ejecutaría hasta las últimas horas de mercado, pero el canterano más laureado del Betis consigue su deseo. El 1 de septiembre es presentado ante veinte mil personas que acuden para verle al Benito VIllamarín y que llevaban soñando con su vuelta desde hacía mucho. Nueve años después Joaquín vuelve a enfundarse la verdiblanca. “El cuerpo me lo pedía” o “me siento como un niño chico en una tienda de Imaginarium” son algunas de las declaraciones que realiza en la primera rueda de prensa que hace tras haber firmado el contrato.
Casi tres años después de ese día, Joaquín sigue siendo uno de los mayores activos en el Betis. Lo realmente llamativo de todo es que por más que pase el tiempo, éste sigue deleitando al fútbol prácticamente de la misma forma que lo hacía cuando estaba en su plenitud futbolística. Es obvio que el físico no es el mismo cuando se es un veinteañero que cuando se van a cumplir los treinta y siete en el próximo mes de julio, pero Joaquín ha rendido cada temporada mejor en esta segunda etapa como heliopolitano. Se ha ganado otra nueva renovación, lo que le haría jugar con casi 40 años. No muchos jugadores que se han desempeñado en su posición, desde luego, han llegado a tal edad jugando en la élite.
Entre los que han jugado más partidos en Primera División
El pasado jueves ante la Unión Deportiva Las Palmas, el gaditano igualó los 483 partidos que disputó José Mari Bakero en la máxima categoría del fútbol español, número que superó en el choque del domingo ante el Atlético. Con estos números ha conseguido colarse entre los diez jugadores que más encuentros han jugado en Primera División. Por delante suya solo quedan Zubizarreta, Raúl, Eusebio, Buyo, Sanchís, Casillas, Xavi, Miquel Soler y Hierro e incluso al menos a los cuatro últimos podría superarlos en caso de cumplir el contrato hasta el final y de jugar con la misma regularidad que lo está haciendo hasta ahora. De hecho, es ya el futbolista con más partidos en el siglo XXI.
Por otra parte, también cabe destacar que hace unas semanas está en el podio de los jugadores con más partidos del Betis en Primera División. Desbancando a López del tercer puesto, Joaquín ya suma 269 encuentros con la camiseta verdiblanca en el campeonato liguero, muy cerca de los 307 de Cardeñosa y los 303 de Esnaola.
El actual primer capitán del cuadro heliopolitano es leyenda viva del beticisimo y uno de los mejores jugadores de la historia del club. Y más allá de sus condiciones como futbolista, su alegría fuera de los terrenos de juego le han hecho ganarse la simpatía de todo el mundo del balompié, incluso a muchos aficionados del eterno rival. Algo que prácticamente nadie ha conseguido.