Después de luchar durante dos años y cinco meses contra una grave enfermedad, hace cuatro años la luz del técnico catalán se apagaba para siempre, dejando un vacío en el club por el que tanto apostó, relanzando La Masia hasta lo más alto y consiguiendo un récord de goles, firmando la mejor primera vuelta liguera de la historia hasta entonces con la plantilla del primer equipo bajo su batuta.

Nacido en Bellcaire d’Empordà, Tito Vilanova se incorporó al fútbol base del club azulgrana en 1984, luciendo y defendiendo a La Masia hasta el final, habiendo sido residente cuatro años. Habiendo disputado dos amistosos con el primer equipo, Tito pasó por el Figueres, el Celta, el Badajoz, el Mallorca, el Lleida, el Elche y finalmente, por el Gramenet, donde se retiró como futbolista profesional, abriendo una nueva puerta repleta de aventuras en su futuro: la de técnico. 

Tito comenzó su carrera en los banquillos a mediados de la temporada 2001/02 dirigiendo al Cadete B, donde entonces coincidió con Gerard Piqué, Cesc Fàbregas y Leo Messi. 

Tiempo después, dejó huella en el Palafrugell, en el Figueres y en el Terrassa, a sabiendas de que más tarde volvería a la disciplina azulgrana. En la temporada 2007/08, como ayudante de Guardiola, se puso al frente de un tándem con el que ganaron, en la época dorada, hasta catorce títulos. 

Cuando Pep abandonó el club, emprendiendo camino hacia Alemania, Tito tomó las riendas del banquillo y comenzó dejando huella con una fuerte personalidad, siendo metódico y mostrando, entre las cuatro paredes del Camp Nou, su espíritu ganador, ganándose el cariño de los más aficionados de este deporte por su estrategia a la hora de afrontar los partidos: con combinación, posesión del balón, fantasía y toque en el ataque.

Con positivismo y experiencia de por medio, Tito consiguió atribuirse la excelencia futbolística consiguiendo 100 puntos de los 114 posibles, igualando el récord absoluto de puntuación que el Real Madrid consiguió hacer en la temporada 2011/12, cantando el alirón con regularidad de por medio.

Con su seña de identidad, el equipo azulgrana estableció un nuevo récord goleador con 115 goles en 38 jornadas, sin dejar de encajar en las porterías de los rivales. La temporada 2013/14 siempre será recordada por el barcelonismo: Abidal y Tito dejaron huella en ese récord.

Tiempo después, el fútbol se tildaba de incertidumbre e infortunio cuando al técnico catalán se le diagnosticaba un tumor en la glándula parótida, motivo por el que tuvo que renunciar a ser técnico del conjunto azulgrana y por el que finalmente, ascendería al equipo del cielo, perdiendo una batalla en la que no dejó de luchar.

Desde el club azulgrana, hasta los medios de comunicación y miles de aficionados, se han parado a rendirle homenaje al técnico que dejó al corazón blaugrana huérfano. Tito siempre será recordado y es, fue y será historia.