Bien se sabe que esta campaña 2017/2018 está siendo diferente respecto a las anteriores en muchos aspectos. La planificación y dirección deportiva a manos de Lalo Arantegui, la fuerte presencia de la cantera, un nuevo espíritu futbolístico, regularidad en un proyecto a medio plazo... Estas son algunas de las claves para que el Real Zaragoza esté firmando una de las mejores temporadas en la categoría de plata desde su último descenso en 2013.

En la 2013/2014, los blanquillos se quedaron en un triste 14º puesto con 53 puntos. En cambio, al año siguiente se logró entrar en los puestos de promoción acabando en sexta posición con 61 puntos. Lo demás -histórica remontada al Girona y a cinco minutos del ascenso en Las Palmas- es historia. La 15/16 fue la mejor en cuanto a números -64 puntos-, pero también la que tuvo un final más negro con la debacle de Llagostera. El último año, la 16/17, fue el peor por muchas cosas que mejor no recordar, y se acabó décimosextos con cincuenta puntos y una salvación justita.

Pésima primera vuelta

A pesar de que ahora casi todo sea positivo con una tremenda racha en la segunda vuelta, el Real Zaragoza firmó una primera vuelta con números demasiado pobres que, actualmente, le impiden luchar por el ascenso directo. Si se hubiera hecho una primera parte de la liga un poco más digna, con tan solo un par de victorias más, bien se podría hablar ahora de sueños y cotas mayores. Pero es lo que hay y lo cierto es que en enero se habría firmado estar en esta situación ahora tres meses después.

El Real Zaragoza firmó una primera vuelta con números demasiado pobres que, actualmente, le impiden luchar por el ascenso directo.

Tras un comienzo no del todo bueno con una victoria en las primeras cinco jornadas, se logró encadenar siete partidos sin conocer la derrota -de la jornada seis hasta la doce-. En cambio, a partir de ahí se produjo el desastre de El Alcoraz y ya solo se consiguieron dos victorias -ante Rayo y Sporting, quién lo diría ahora- en el último tramo de la primera vuelta.

Fotografía: Real Zaragoza
Verdasca con el balón durante el derbi de la primera vuelta | Foto: Real Zaragoza

Siendo honestos, en esta primera vuelta ya se vislumbraron algunos detalles del juego y de la táctica del técnico vasco en varios notables partidos como el del Numancia, Cádiz a pesar de la derrota con nueve o Reus aun con el empate. Pero el equipo no acababa de ser tan consistente como él quería y también le faltaba esa pizca de suerte que sí se ha tenido en la segunda vuelta.

Segunda vuelta de ascenso directo

Así pues, el equipo del cuestionado Natxo González comenzaba la segunda vuelta en 17ª posición y a tres puntos del descenso -a diez la sexta plaza-. Dos victorias en La Romareda ante Tenerife y Córdoba, -en estos momentos quizás habría costado más debido a las dinámicas de ambos- dieron un respiro a pesar de la derrota en Granada. Pero el empate en Alcorcón tras un partido horrible volvió a saltar las alarmas de los que pedían la dimisión de Natxo González, esos que ahora probablemente lo alabarán y dirán que qué bien juega el Real Zaragoza.

Sin embargo, a raíz de ese partido, los de la capital del Ebro encadenaron la serie de buenos partidos que actualmente les tiene clasificados en sexta posición con un triple empate entre Cádiz (4º), Numancia (5º) y los propios zaragocistas. Nueve victorias -las seis primeras consecutivas- y tan solo dos baches en el camino en forma de derrotas ante Sevilla B y Rayo Vallecano, son los números del Real Zaragoza en las últimas once jornadas. 27 de 33.

Si a esto se suman las dos primeras victorias de 2018 en La Romareda por 1-0 ante Tenerife y Córdoba y el empate en Alcorcón, las cifras de los aragoneses hasta ahora de la segunda mitad de la temporada son las siguientes: once victorias, un empate y tres derrotas en quince partidos, o lo que es lo mismo, 34 puntos de 45 posibles. Unos números de escándalo comparados con la primera vuelta, a los que ya se supera por diez puntos.

Once victorias, un empate y tres derrotas en quince partidos, o lo que es lo mismo, 34 puntos de 45 posibles en la segunda vuelta.

Lo que resta hasta final de Liga

Como ya se ha dicho antes, el Real Zaragoza, tras la victoria frente al Almería, está situado después de 36 jornadas en la 6ª plaza con 58 puntos, empatado con Cádiz y Numancia. De esta manera, el conjunto zaragozano afronta la recta final en buena disposición para lograr el tan soñado objetivo. Restan seis finales, tres en casa y tres fuera. 18 puntos. Los cálculos dicen que con 66 o 67, más que otros años, podría valer para ser sexto, por lo que al Real Zaragoza le bastaría con ganar los tres de casa. Error.

Los partidos que restan en casa son ante el Sporting, el Albacete y el Valladolid. El primero y el último serán huesos duros de roer, por lo que fuera de casa se debería puntuar en alguna salida, y si es de tres en tres, ideal. Las salidas son a Reus, que con 47 puntos ya casi está salvado; a Cádiz, rival directísimo; y a Barcelona, cuyo filial probablemente se estará jugando la permanencia en la última jornada.

El rombo y las individualidades, claves en la mejoría del equipo

Si hay algo que ha sido fundamental en esta segunda vuelta es el retorno a la formación de 4-4-2 en rombo que ya utilizó Natxo González en algunas ocasiones de la primera vuelta. Un sistema poco común hoy en día, pero que lo suelen utilizar grandes equipos como el FC Barcelona o el Real Madrid. Cuatro defensas, de los que los laterales son únicos dueños de su banda en ataque; un pivote, Eguaras, que es el maestro y el director de orquesta; dos interiores de largo recorrido que en defensa ayudan en las bandas y en ataque llegan desde segunda línea; un mediapunta, que funciona como enlace en el juego interior en la conexión entre el pivote y los delanteros; y dos puntas que en ataque ofrecen movilidad y en defensa tapan la salida de balón por sus respectivos lados. Así es el Zaragoza de Natxo González.

Si hay algo que ha sido fundamental en esta segunda vuelta es el retorno a la formación de 4-4-2 en rombo.

Si a este grandísimo entendimiento y estudio del fútbol del técnico vasco se suman las individualidades de gente determinante en las áreas y en el centro del campo, el resultado no puede ser negativo jamás. Cristian Álvarez se ha convertido en una referencia en la portería, con actuaciones milagrosas como la de Pamplona y dejando su arco a cero en siete de las quince jornadas disputadas de la segunda vuelta.

Cristian Álvarez durante un encuentro | Fotogorafía: Andrea Royo
Cristian Álvarez durante el encuentro frente al Huesca | Foto: Andrea Royo

Borja Iglesias ha recuperado su mejor nivel con ocho goles en los últimos once partidos. Es cierto que en ocasiones el gallego pasa desapercibido durante todo el partido -Sevilla B o Rayo- y en otras está negado de cara a gol -Numancia-. Pero son veces contadas y en la mayoría ha vuelto a demostrar por qué lo quería toda la Segunda División en sus filas. Con grandes movimientos de '9' puro y también con bonitas asociaciones combinativas.

Una de las jugadas frente al Sevilla Atlético | Fotografía: Andrea Royo
Eguaras controlando el balón frente al Sevilla B | Foto: Andrea Royo

Por último, Íñigo Eguaras, posiblemente el mejor centrocampista de la categoría. Visión de juego, jerarquía, pase, regate, calma, recuperación e incluso disparo. El Zaragoza hace lo que Eguaras quiere. La salida de balón con el navarro siempre es más fácil y más bonita, no hay duda, pero es que en defensa también juega un papel importantísimo. Es el jugador que necesitaba Natxo González en su esquema y por fin ha sacado lo mejor de él.

Aficionados del Real Zaragoza durante un encuentro | Fotografía: Real Zaragoza
Aficionados del Real Zaragoza durante el derbi aragonés | Foto: Real Zaragoza

No hay que olvidarse de todo lo que la afición ha dado y dará a este equipo hasta final de temporada.

Con todo dicho, el Real Zaragoza depende de sí mismo -lo mejor que existe en estos casos- para lograr el objetivo, y posee todos los ingredientes de equipo grande: conjunto capaz de dominar partidos con un extraordinario juego y de ganarlos cuando se es dominado, vestuario unido, jugadores con total implicación, referencias defensivas y ofensivas, comunión entre futbolistas y aficionados... Sobre todo la afición, una de las mejores de toda España. No hay que olvidarse de todo lo que ha dado y dará a este equipo hasta final de temporada. No les falléis, leones.