El Nàstic lleva una temporada en la que ha sido capaz de lo mejor fuera de casa y de lo peor en el Nou Estadi. A finales de noviembre ya se empezaba a trazar esta atípica dinámica que parece haber cambiado ligeramente en las últimas semanas.

Los grana recibían al Lorca después de ganar por 1-2 al Numancia, a tres puntos del descenso y a seis de los murcianos. Todo de cara para volver a ganar en casa más de un mes después. Pero el Lorca hizo saltar la sorpresa en el campo tarraconense y consiguió los tres puntos (0-2). Para hurgar más en la herida de los catalanes, el triunfo supuso el primero de los lorquinos a domicilio.

Cambio de táctica

La baja de Uche obligó a Rodri a poner sobre el césped una formación diferente. Los grana salieron con un 5-2-3-1 con Mesa de mediapunta y el recién recuperado Delgado en banda.

Los tarraconenses avisaron con un disparo potente de Maikel Mesa en el minuto siete, que salía rozando el travesaño. El Lorca, que fue de menos a más, replicó con un chute cruzado que obligó a Dimitrievski a despejar ese balón. El portero macedonio tuvo que intervenir una vez más tras un cañonazo de Ojeda dentro del área grana. El Lorca no desistió y sacó de nuevo otra ocasión de peligro. Un centro de Peña por la banda izquierda asistió a Apeh para rematar a bocajarro. Otra vez el cancerbero del Nàstic les volvió a salvar los muebles. Antes de la media parte, Maikel Mesa lo intentó de nuevo con un balón desde fuera el área que se fue lejos de la portería rival.

Una segunda parte para olvidar

En el segundo acto el Lorca seguía dominando el partido gracias a sus bandas. Después de la entrada de Dongou, llegó el tanto de los murcianos. Un balón filtrado de Noguera lo recogió Nando dentro del área para colgarla a Apeh, que llegaba desde el otro costado. El gol de cabeza del nigeriano estumuló a los catalanes a buscar el empate. Tres oportunidades consecutivas dieron un ligero tinte grana al partido. La primera fue un remate mordido del incorporado Dongou, la segunda un gol anulado a Maikel y la última, una ocasión clara de Gaztañaga.

Con el Nàstic más concentrado en atacar que en no recibir más goles, los lorquinos encontraron espacios para poder sentenciar el partido. Un remate de Ojeda tras un córner estuvo a punto de acabar en el 0-2, pero Dimitrievski sacó una mano providencial. Los grana seguían con pocos efectivos en defensa y una contra de Nando, que sirivió en bandeja el gol a Apeh, casi hace desaparecer de un plumazo las esperanzas del empate.

La sentencia llegó a pelota parada. Abel Gómez ejecutó de manera magistral una falta en la frontal, que terminó en la escuadra de la portería del macedonio. La derrota dejó a los tarraconenses a dos puntos del equipo que marcaba el descenso, el Almería, y permitió al Lorca ponerse a un punto de la salvación