Nunca está de más recordar que sucedió entre dos equipos la última vez que se vieron las caras en una misma competición y escenario. El Leganés visitó el Santiago Bernabéu por primera vez en su historia en competición liguera en la jornada 11 de la temporada pasada. El club vecino vivía su primera temporada en la máxima categoría y con la salvación como objetivo visitaba uno de los peores estadios posibles para puntuar. 

El Real Madrid llegaba a la cita en una situación totalmente diferente a la actual, donde la competición doméstica ya está decidida. Con La Liga recién comenzada, el equipo blanco se encontraba líder invicto en una lucha encarnizada con el máximo rival por la primera posición de la clasificación. Las rotaciones eran más habituales que en el curso presente y el duelo se decidió por la actuación de jugadores que ya no cuentan con el beneplácito de la titularidad o que hicieron las maletas en verano rumbo a otro punto de Europa. 

El Leganés, al igual que el equipo blanco, también se encontraba en otra situación, pero a diferencia del Real Madrid, era peor que la actual. El recién ascendido luchaba por la permanencia desde el comienzo de la campaña y visitar el Santiago Bernabéu era más un sueño por cumplir que una opción de llevar a Butarque algún que otro punto. La columna vertebral del equipo se mantiene en esta presente campaña. Jugadores como Gabriel Pirés, Rubén Pérez, Bustinza, Mantovani o Szymanowski eran pieza clave y siguen siendo de vital importancia para Asier Garitano

El encuentro no tuvo mucho trasfondo. El Real Madrid decidió resolver por la vía rápida. Dos zarpazos de Gareth Bale minutos antes del descanso destrozaron los planes del equipo pepinero. Si ya es difícil para la psicología de los jugadores encajar un gol antes del descanso, encajar dos te deja al borde del abismo. Ambos entrenadores movieron ficha tras la salida de los vestuarios, pero la entrada de Modric y James Rodríguez acabaron dándole a los de Zidane el control del partido necesario para marcar el tercer gol, el de la sentencia. Álvaro Morata, ahora en Londres, perforó la portería de Serantes minutos antes de ser sustituido por Lucas Vázquez y el Real Madrid acabó cosechando una plácida victoria en su estadio. 

A día de hoy, se espera un partido totalmente diferente. Los de Garitano ya saben lo que es ganar en el Santiago Bernabéu. El pepinazo copero marcó un antes y un después en la temporada de ambos conjuntos. Lo que para el Real Madrid fue un ridículo a la altura del "alcorconazo", para el Leganés fue un hito que pasará a los libros de historia del club. La motivación será un factor fundamental para llevarse el partido. Athletic Club y Juventus acaban de demostrar que el santuario blanco esta temporada no es el fortín de antaño y cualquiera que se lo crea puede meterle mano al vigente campeón. Partido interesante a la vez que intrascendente el que nos espera el próximo sábado en Chamartín.