Aritz López Garai (Baracaldo, 1980). Comenzó jugando en el C.D. Basconia en el año 2001, para salir hacia el sur de Bilbao y jugar una temporada como cedido con el Gernika. Pese a que sus inicios fueran en la Comunidad Autónoma que le vio nacer, López Garai fue moviéndose por todo el panorama nacional hasta llegar a la Segunda División.
Castellón, Salamanca, Cuenca, Vigo, Córdoba y Gijón son ciudades en las que se respira fútbol y que vieron al mediocentro vasco jugar. Hasta 289 partidos jugó en la categoría de plata, anotando en ellos un total de once goles.
Después de su última temporada en Córdoba, López Garai sale de España para jugar en el Doxa Katokopias y en el Rapid Bucureşti. Después de jugar trece partidos en Chipre y diecisiete en Rumanía, vuelve a España para jugar su última temporada y media con el Reus.
Fichó en el mercado invernal del año 2015, aceptando el reto de luchar por el ascenso. Tras conseguirlo, continuó un año más en el conjunto catalán, donde estuvo a los mandos y, como él ha declarado en varias ocasiones, aprendió mucho del actual entrenador zaragocista Natxo González. Sin haber entrenado nunca a un equipo de fútbol, Sergi Parés le ofreció el puesto que Natxo había dejado vacante y este no se lo pensó dos veces.
Estilo de juego
Siempre se ha dicho que un equipo se tiene que construir desde abajo. Afianzar la defensa te asegura puntuar, o por lo menos así lo piensan muchos entrenadores. Entre ellos está Aritz López Garai, que ha construido una muralla defensiva prácticamente impenetrable. Tanto es así que el conjunto reusense es el quinto equipo que menos goles ha recibido en la actual campaña, solo por debajo de equipos punteros como Osasuna, Cádiz, Huesca y Sporting.
El Reus suele jugar con una línea de cuatro defensas, un pivote, dos volantes y tres jugadores arriba. Este sistema facilita una salida limpia de balón y consistencia defensiva. Pero lo más importante es tener asegurada la portería, y vaya si lo está. Edgar Badia está firmando una temporada de ensueño que hace que el Reus esté a tan solo dos puntos de los ansiados cincuenta.