El Atlético tiene la mirada puesta lejos de la Liga. Quedar segundo sería un buen colofón a una gran temporada en la competición doméstica pero los chicos del Cholo Simeone están más interesados en otros menesteres. Concretamente en superar las semifinales de Europa League y acabar la temporada alzando un título.

El jueves llega al Metropolitano el Arsenal y a buen seguro se avecina un partido vibrante. Pero antes de los ingleses tocaba enfrentarse al Alavés y con perdón de los vascos este partido no ponía en absoluto. Así lo dio a entender Simeone, que decidió rotar y dejó en casa a baluartes como Oblak, Saúl o Griezmann. 

Así, jugadores como Axel Werner tenían la oportunidad de disfrutar de los minutos que les han faltado esta temporada. Mención especial merece el drama de los laterales que desde la lesión de Filipe ha hecho desfilar por los costados a varios integrantes de la plantilla. En esta ocasión Vrsaljko ocupaba el lateral zurdo y Thomas el diestro. En el centro de la zaga Lucas y Savic ponían la fortaleza flanqueados en las ayudas por Gabi y Koke. Arriba Vitolo y Correa aparecían por bandas y Fernando Torres y Diego Costa compartían la punta de ataque.

El delantero de Lagarto volvía a ser titular después de su lesión ante el Sporting de Lisboa pero no tuvo un partido sencillo. Libró su batalla propia con todos los defensores alavesistas y especialmente se las tuvo tiesas con un Wakaso que posteriormente sería protagonista negativo del choque. Por su parte Fernando Torres lo intentaba pero tampoco era capaz de crear peligro. Mejor dicho, el Atlético apenas ponía en apuros al guardameta local.

Simeone decidió realizar un cambio táctico y pasar a jugar con una línea de tres con atrás con dos carrileros largos, Vitolo y Vrsaljko. Y el experimento en parte dio sus frutos. Aún se agitaría más cuando en la segunda mitad las sutituciones de Diego Costa y Koke provocaron la segunda reestructuración táctica del encuentro. Entraron Godín y Gameiro y el Atlético se hizo con la posesión de la pelota. Vitolo volvió a adelantar su posición, dispuso de un tiro que se estrelló en el palo y en una de sus internadas en área rival Wakaso derribó al canario.

Minutos antes Sivera se había marchado lesionado y dejó su lugar a Fernando Pacheco. El ex del Real Madrid ya había desquiciado al Atlético la temporada pasada en el choque que terminó con empate a uno en el Vicente Calderón y esta vez amenazaba con hacer lo mismo. Detuvo el lanzamiento desde los once metros de Torres y dio vida a su equipo.

Pero en esta ocasión Pacheco y el Alavés tenían el enemigo en su propio equipo. Y a Wakaso se le ocurrió que era buena idea defender un balón en el área con los brazos estirados. Penalti claro que Gameiro convirtió con sangre fría. Un tanto que volvía a dejar al Atlético cuatro puntos por encima del tercero.

Los minutos finales tuvieron el guión habitual cuando el Atlético lleva ventaja. Defender atrás y resistir hasta que el árbitro pite el final. Un alarde de esfuerzo y compromiso en el que hay que destacar a Axel Werner que se mostró seguro bajo palos y paró todos los disparos visitantes, especialmente reseñable el que le sacó a Guidetti, una parada digna del mismísimo Jan Oblak.

Finalmente el Atlético vuelve a sumar de tres en tres en Liga. Mantiene la diferencia de cuatro puntos con el Real Madrid y aunque pierde a Correa por sanción respira sabiendo que ya queda una jornada menos de Liga. Ahora toca centrarse en el caramelo que queda, la dulce golosina londinense que puede traer como regalo un billete para Lyon.