El técnico del Mérida AD suspiró tras la primera pregunta y empezó pidiendo perdón por “estar nublado”. Quizás solo con eso podrían hacerse a la idea de lo que sentía el franco-tunecino poco tiempo después de que Jacobo marcase el 0-1 que mandaba a los de Nafti a una situación límite. Silencio de 5 segundos para digerir los 94 minutos acontecidos y por fin la palabra que ronda por la cabeza de todo aficionado emeritense: injusticia. “El partido me ha parecido una derrota injusta”. Si las buenas decisiones no han visitado mucho Mérida este año, la fortuna tampoco lo ha hecho: “La suerte no nos acompaña, aunque sé que en el fútbol hablar de suerte es hablar de algo que no podemos controlar, y hoy no me quiero poner en la piel de perdedor”.

Otro silencio, y a hablar del partido en sí: “Creo que hemos tenido más oportunidades del rival, a balón parado en el primer tiempo, una ocasión clara de Julio de Dios antes del penalti, faltas muy cerca del área del rival…”. Respecto a las circunstancias arbitrales, no ha querido comentar nada “porque sería hablar como un perdedor y todavía nos quedan dos finales y tengo un vestuario de ganadores”.

Pregunta sobre la afición. Un silencio más, y respuesta: “Enfadar no es la palabra porque la afición nos ha dado muchísimo cuando no hemos tenido piernas durante la temporada, y sé que el domingo que viene volverá a responder.” El entrenador ha afirmado que “no quería entrar en un partido de ida y vuelta con esa ansiedad de hacer gol y por eso quería más apoyo, porque notaba al público un poco más frío, pero hay que tener en cuenta que ellos en la grada sufren como nosotros”.

Respecto al estado del vestuario, lo describe con una sola palabra: “Destrozado”. Silencio. “Cualquier palabra no les va a ayudar, están hundidos”. Y el árbitro vuelve a salir, inevitablemente: “Podemos mirar las estadísticas de penaltis a favor y en contra, pero luego me dirán que soy ventajista y que quiero influenciar al árbitro de cara al partido contra el Extremadura”. Aun así, vuelve a reiterar que no quiere hablar como un perdedor, dándole la enhorabuena al Villanovense y otra vez pidiendo perdón a los periodistas porque “estoy como si me hubieran dado un puñetazo en un ring de boxeo”.

El técnico no quiere ni mirar la clasificación. De hecho, Nafti afirma que sólo tienen dos opciones ahora mismo: “O lloramos y lanzamos la moneda al aire, o mañana hablamos con los jugadores y nos vemos el miércoles por la mañana preparados para el Extremadura, no hay más”.