La Liga 123 es una competición trepidante y llena de emoción hasta la última jornada. Una de las luchas que genera más expectación es la pelea para subir a primera división. Cada año hasta diez u once equipos llegan a las últimas jornadas con la posibilidad de meterse en la promoción de ascenso. Uno de estos equipos es el Osasuna, que actualmente está instalado en la décima plaza, a cinco puntos de los playoffs.

Las fortalezas de los navarros

Una de sus principales bazas es la consistencia defensiva. Los rojillos son uno de los equipos que menos goles recibe de toda la categoría. Por delante solamente tiene al Cádiz, al que le han anotado 22 tantos y está quinto en la tabla. En el ranking de equipos menos goleados, los navarros comparten la segunda plaza con el segundo de la liga, el Sporting de Gijón, habiendo recibido 30 goles.

Pese a sus meritorias estadísticas a nivel defensivo, hay algunos centrales que se encuentran señalados por la afición. Es el caso del capitán rojillo, Oier. El central, que siempre ha estado arropado por la afición, no  da la talla y comete fallos que suponen malos resultados. En las últimas jornadas, el navarro está perdiendo muchos balones y los delanteros le ganan habitualmente la espalda. Unai García es el único central que, hasta ahora, está mostrando un nivel óptimo.

Los partidos lejos de su estadio son sorprendentemente otra de sus cualidades. El Nàstic lleva toda la temporada presumiendo de unos impecables números lejos del Nou Estadi, pues los rojillos les superan actualmente. Si solo contásemos los partidos como visitante, el Osasuna sería segundo, superado por el actual líder de la categoría, el Rayo Vallecano. Obviamente esto es fútbol ficción y sus raquíticos resultados en casa lo hunden hasta la décima plaza, a 14 puntos del ascenso directo.

Diego Martínez se juega el puesto

Un equipo de la talla del Osasuna aspira a volver a primera cada temporada. Esta campaña parece que el objetivo empieza a alejarse cada vez más. Diego Martínez es el técnico del conjunto rojillo y, pese a tener un año más de contrato, su continuidad comienza a estar en entredicho. La afición se ha cansado de los malos resultados y del juego desplegado, principalmente en casa. En los últimos partidos los pitos al entrenador se han convertido la banda sonora del Sadar.

Aunque la afición parece estar hasta el gorro, el director deportivo del Osasuna sigue protegiéndolo a capa y espada. Braulio Vázquez, que es una voz autorizada para la Junta, lo ha defendido desde el primer día y no tiene intención de cambiar su posición. Aunque ni el juego ni los resultados son idóneos, se le reconocen cosas buenas como la modernización en la forma de trabajar.

Con la mala racha que acarrea el entrenador vigués, el partido en Tarragona será otra prueba de fuego que determinará si la protección de Braulio Vázquez es acertada. Los rojillos están inmersos en su peor racha en lo que va de campaña. Llevan cinco partidos sin ganar (una derrota y cuatro empates), la última fue el 25 de marzo en el Miniestadi (0-2).