El EuroBetis ya es una realidad. En Heliópolis se mira al futuro con optimismo, con un estado de alegría inexistente en temporadas anteriores.

Más allá de que queden aún tres partidos en los que el equipo debe asegurarse la quinta plaza, el reto es construir las bases de un Betis que acostumbre al espectador a verle jugar todos los años las tres competiciones así como ocupar los puestos altos en el campeonato doméstico.

De momento, la primera piedra para la próxima temporada está ya puesta. Hace un año por estas fechas, cuando el Betis cayó estrepitosamente ante el Leganés en Butarque (4-0), ni los más optimistas pensaban que todo iba a ir tan bien 365 días después en la Avenida de La Palmera.

Y es que prácticamente se ha acertado con todos los fichajes, se han incorporado jugadores del filial y ha llegado un entrenador que le ha dado un estilo de juego bien claro y definido a sus futbolistas y que ha enamorado a muchos aficionados del balompié. En definitiva, la parcela deportiva ha dado un giro de 180 grados.

Pero en el fútbol, como en la vida, lo verdaderamente satisfactorio no es el mero hecho de alcanzar los éxitos, sino de mantenerlos en el tiempo y, si es posible, de mejorarlos. Algo falló las dos últimas veces después de que el Betis probara las mieles de aquél.

Primero fue en 2006, tras haberse erigido como campeón de Copa del Rey y haber quedado en cuarta posición en Liga tan solo un año antes. El proyecto fue debilitándose poco a poco hasta el descenso de la campaña 2008/09. El último precedente es mucho más reciente y a un curso en el que los de Heliópolis se clasificaron para la Europa League le siguió otro en el que firmaron la peor temporada de su historia regresando de nuevo a la categoría de Plata.

Por tanto, desde la planta noble del Benito Villamarín ya se han dado pasos para no volver a caer en eso y una de las pruebas más claras es tener ya atados a tres jugadores -Pau López, Inui y Canales- que llegarían a coste cero y que incrementarían el fondo de armario de la plantilla. Aun así, a buen seguro que Lorenzo Serra Ferrer no se conformará con eso y tratará de hacer del Betis lo más competitivo posible dentro de lo que los límites económicos lo permiten.

Del mismo modo, más allá del inicio de la prontitud en el inicio de la planificación deportiva para el próximo curso, existen otra serie consecuencias positivas que traen los logros alcanzados.

En primer lugar, la clasificación para la Europa League le otorgará una cantidad de ingresos que ronda los 15 millones de euros. En este sentido, el Betis disfrutará de una mayor holgura económica para las distintas operaciones que tenga que realizar a lo largo del transcurso del mercado estival de fichajes.

Por otra parte, algunos de sus jugadores estarán en la vanguardia del fútbol europeo, por lo que habrá más posibilidades de que llegue una suculenta oferta por éstos. Fichar, vender y crecer es una premisa básica para aquellos clubes que pretenden hacerse un hueco entre los grandes. 

Además, el Betis se despedirá de jugar los viernes y los lunes. Los equipos que juegan competiciones europeas esquivan disputar partidos en estos días y siempre lo hacen el sábado o el domingo. Los verdiblancos han sido, con diferencia, los más castigados jugando fuera del fin de semana. Hasta en tres viernes y sobre todo en once lunes han tenido que medirse los de Quique Setién a sus rivales, algo que no tiene antecedentes en el fútbol español.

Por último, no cabe duda que jugar en Europa se convierte en un añadido en el grado de motivación de los futbolistas para afrontar la temporada, pues podrán medirse a importantes conjuntos a nivel continental, entre los que estarán el Chelsea o el Inter.