Se impuso el futbol práctico de Mendilibar al futbol dominador de Machín. Se impuso el acierto en las áreas que el control del centro del campo. Se impuso el Eibar al Girona. El conjunto catalán fue superior en muchos tramos del partido, pero la falta de puntería condenó a los rojiblancos. No supieron traducir los de Machín su superioridad en ocasiones de gol, algo que les penalizó en gran medida y que el Eibar no perdonó. El abultado resultado de 1-4 es consecuencia directa de ello.
El conjunto de Mendilibar salió mucho más enchufado que el Girona. Su presión era asfixiante y no dejaba que los de Machín encontraran su sitio en el terreno de juego. Precisamente esa presión propició un mal pase atrás de Mojica, que sumado a la falta de contundencia de Borja sirvió en bandeja el primer gol armero, por parte de Kike García, cuando tan solo se habían disputado nueve minutos.
El Eibar bajó un par de revoluciones al cuarto de hora de partido, consciente de que el ritmo de presión altísima que llevaban no era sostenible durante mucho tiempo. Eso lo aprovechó el Girona para empezar a construir el juego que le gusta. A partir de ahí la posesión fue claramente rojiblanca. El juego fluía a la perfección, todos estaban enchufados y parecía que el gol estaba al llegar. Lo logró Portu en el 35’ pero fue anulado por un dudoso fuera de juego de Mojica.
El conjunto de Machín lo tenía todo bajo control. Superado un flojo primer cuarto de hora su juego volvió a brillar y a deleitar a las gradas de Montilivi. Sin embargo, Kike García apagó ese brillo tras una mala defensa de Muniesa en un córner. Con un testarazo magistral, el manchego puso el 0-2 para dejar helado al Girona.
La segunda parte siguió el mismo guión que la primera. El Girona puso el futbol y el Eibar el acierto, y este último tiene siempre las de ganar. Los de Machín recortaron distancias con un gol de pizarra transformado por Aday, pero no pudieron concretar ninguna jugada más. Los rojiblancos dieron guerra hasta el pitido final pero les penalizó la falta de acierto en los últimos metros.
El conjunto de Mendilibar fue todo lo contrario, supo contener al Girona y cuando tuvo la oportunidad de sentenciar no la desaprovechó. Jordán aprovechó un despiste generalizado de la defensa para marcar el 1-3. Pocos minutos más tarde, Inui puso la guinda con un zapatazo que no pudo detener Bono.
Con esta victoria, los armeros tienen en su mano la posibilidad de ser el primer equipo vasco en la clasificación. Los tres puntos conseguidos hoy han permitido al conjunto de Mendilibar superar a la Real Sociedad en la tabla. A falta de tan solo dos jornadas, el Eibar lidera la ‘liga vasca’ con 47 puntos, uno más que el conjunto de Imanol. Atrás quedan los 41 del Alavés y los 40 del Athletic.
El Girona, por su parte, ve como se aleja un objetivo al que quizá nunca debió llegar. Los de Machín desafiaron al futbol y a la historia al plantarse con serias opciones europeas en la mitad de la segunda vuelta. Su buen futbol y su velocidad de crucero escalando posiciones hacían pensar que lo iban a lograr. Sin embargo, el motor se quedó sin gasolina demasiado pronto y todo parece indicar que el equipo morirá en la orilla.
El sueño sigue vivo pero ahora mismo en estado crítico. Las opciones rojiblancas pasan por ganar sí o sí al Valencia en Montilivi y a Las Palmas en Gran Canaria. De lograr esta premisa, los de Machín deberán esperar que Sevilla y Getafe pierdan siete y cinco puntos respectivamente. Tanto a nervionenses como a azulones les quedan nueve por disputar. Es difícil que se de esta situación, pero hasta el rabo todo es toro.