Ambos conjuntos llegaban en dinámicas similares. Les contemplaban seis partidos sin conocer la gloriosa sensación de adjudicarse los tres puntos. Tras el partido de hoy, esa negativa racha aumenta en siete partidos, puesto que ninguno de los dos equipos pudo hacer méritos suficientes para pasar del empate.

Sin embargo, lo que si es diferente es la situación en la clasificación. El Cádiz es sexto; lucha por ocupar una plaza en los ansiados playoffs de ascenso. Por otro lado, el Albacete se sitúa en mitad de tabla, pero con un objetivo claro, el de dejar sentenciada la permanencia de una vez por todas.

Con el puntito que añaden ambas entidades al casillero, se acercan más a su objetivo. Con tan sólo cuatro partidos por disputar, en el conjunto manchego pueden respirar más tranquilos a partir de ahora.

Primera parte sin producción ofensiva

Los primeros cuarenta y cinco minutos de fútbol fueron demasiado tranquilos. Los aficionados que acudieron al Carlos Belmonte tuvieron que soportar una actuación casi soporífera.

El conjunto dirigido por Álvaro Cervera fue el que comenzó mandando, metiendo miedo a un Albacete que, agazapado en su campo, esperaba las embestidas del Cádiz. Es por ello que ya en el minuto 4, se vivió el primer momento de verdadero peligro, pues Carrillo enviaba un balón al travesaño.

El partido se estaba disputando en el centro del campo, con un recital de Fausto Tienza y Abdoullah, que dirigían a la perfección el fútbol de los andaluces. Aún así, el Albacete logró anularlos poco a poco.

Estaban muy bien ordenados y al Cádiz le costaba cada vez más superar sus líneas defensivas, por lo que en el ecuador de la primera mitad, el juego empezó a equilibrarse. Fue entonces cuando la fortuna sonreía a los manchegos. En su primera llegada con peligro al área de Cifuentes, conseguían un penalti a favor que Héctor transformaría en el 1-0.

Los jugadores del Albacete celebrando el gol de Héctor Hernández | Foto: J. Mondéjar - VAVEL
Los jugadores del Albacete celebrando el gol de Héctor Hernández | Foto: J. Mondéjar - VAVEL

Pero la alegría no duró mucho, pues justo al borde del descanso era el Cádiz el que veía como le concedían la pena máxima. David Barral, que entró sustituyendo al lesionado Álvaro García, lograba que Gálvez lo derribara y Álex Fernández empataba el encuentro lanzando el penalti de manera magistral.

El ritmo aumentó en la segunda mitad

Los dos equipos sufrieron una transformación en el descanso. Salieron del túnel de vestuarios con aires renovados y con mucha más actitud ofensiva de cara a lograr la victoria.

No obstante, fue en la mitad en la que menos cosas ocurrieron donde se marcaron los goles, pues aunque en los segundos cuarenta y cinco minutos abundaron las ocasiones, los tantos ya se habían marchado a otra parte.

El resultado en el partido de ida fue de dos a cero para el Cádiz

El orden que se había establecido anteriormente en el centro del campo se rompió, dando lugar a que Albacete y Cádiz atacaran con todo su arsenal. Los andaluces seguían manteniendo la posesión del esférico, pero el equipo que más ganas le ponía era el de Enrique Martín. Dirigidos por Erice y Dani Rodríguez, eran superiores.

El fútbol que mostraron recordó al de la llegada del técnico de Campanas; sin perder la cabeza en defensa, pero con alta presión e intensidad arriba. Eso desembocó en unos instantes finales en los que estaba más cerca el 2-1 que el 1-2.

En el minuto 78, entre Dani Rodríguez, Zozulia y varios defensores del Cádiz, hubo un lío que pudo tener como resultado el desempate. Y aunque se intentó de todas las maneras posibles, los manchegos no lograron introducir el balón en la portería contraria.

Un punto más cerca de sus objetivos

El final del partido supondrá un poco de tranquilidad para el Albacete Balompié, que a pesar de encadenar una de sus peores rachas de la temporada, tiene pie y medio en La Liga 1|2|3. El Cádiz por su parte, continuará en los puestos de playoffs una jornada más, aunque sus rivales les pisan los talones.

Los de Enrique Martín viajarán la semana que viene a Valladolid. Visitarán un estadio muy complicado, aunque con la esperanza de poder ser matemáticamente equipo de Segunda División, las cosas se afrontan de otra manera.