Algo ha cambiado en el Camp Nou. Desde que Iniesta anunció su marcha del club blaugrana, en el estadio se respiran sensaciones diferentes. Hay ilusión, sí, pero la nostalgia parece haber abrazado los cimientos del estadio. Los ojos de los aficionados brillan de una forma diferente, siempre con la sensación de estar disfrutando de los minutos finales de una era.

El polémico pasillo llegó. El Villarreal había dejado claro que respetaría la tradición, y así lo hicieron. Sin embargo, el honor no parecía dirigido al Barça, sino a un Iniesta que disputaba su penúltimo encuentro en la catedral barcelonesa. La despedida continúa su curso en estas últimas jornadas, mientras algunos de los menos habituales logran disfrutar de esos minutos que no han tenido durante la temporada.

El Barcelona presentó una alineación inédita y aprovecho las ganas e ilusión de las novedades para marcar las diferencias. Unas diferencias que se vieron personificadas por un gran Dembélé que, desatado de la presión, jugó su mejor partido.

Navarro e Iniesta, dos leyenda blaugranas, se saludan en el día que el Barça presenta las copas de esta temporada. | Foto: Noelia Déniz (VAVEL)
Navarro e Iniesta, dos leyenda blaugranas, se saludan en el día que el Barça presenta las copas de esta temporada. | Foto: Noelia Déniz (VAVEL)

El francés participó en la gran mayoría de jugadas de ataque del Barça y fue una pieza clave en una nueva goleada blaugrana. Tres de los cinco goles nacieron, de manera más o menos directa, de sus botas, convirtiéndole en el jugador más determinante del partido. En una semana en la que se ha hablado tanto de la posible llegada de Griezmann, el joven francés se ha reivindicado por todo lo alto.

Tradición y futuro

Con solo tres jornadas por disputar en este final de liga y todo más que decidido, parece haber llegado la hora de las oportunidades en can Barça. Estos 270 minutos deben seguir para que los menos habituales disfruten de todo ese tiempo de juego que las ha faltado durante el año e, incluso, para alguna que otra reivindicación.

Ese es, sin duda, el caso de un Dembélé cuyo futuro parecía estar más en entredicho que nunca. El francés ha recibido, como se preveía, la oportunidad de salir de inicio y poder seguir demostrando su indiscutible talento. Y es que tal vez la poca presión de estas últimas jornadas ayude a la joven promesa a despegar, y puede que eso sea todo lo que necesita.

Así era como Cillessen, Vermaelen, Digne, Semedo, y el propio Dembélé entraban en un once inicial lleno de novedades pero con ganas de sobra para competir. El tridente formado por Coutinho, Dembélé y Messi como nueve prometía espectáculo, y no tardaron en darlo.

Es cierto que el partido comenzó con algo de calma, sin ninguno de los equipos lanzándose realmente al ataque, pero el Barça no necesita demasiado para activarse. Dembélé, cargado de confianza y libertad en ataque, fue el primero en despertar. El francés recibió un balón en tres cuartos de campo, y tras estar a punto de perderlo, llegó la magia. Ágil y talentoso como pocos, comenzó a gambetear, marchándose de cuatro rivales y logrando una magnífica posición de disparo. Un disparó muy complicado para Asenjo, que solo lo logró despejar, dejándolo en una posición perfecta para que Leo Messi lo empujase al fondo de la red.

Messi remató al fondo de la red el rechace del disparo de Dembélé. | Foto: Noelia Déniz (VAVEL)
Messi remató al fondo de la red el rechace del disparo de Dembélé. | Foto: Noelia Déniz (VAVEL)

El Barça lograba el primero gol tras una gran jugada individual y un maravilloso destello de una de sus perlas del futuro. Tras eso, una pequeña calma chicha se apoderó del partido; algo peligroso para un Barça que sufrió una minúscula pero peligrosa desconexión de un par de minutos. Fue ahí cuando llegó un maravilloso lanzamiento de Fornals, que Cillessen despejó con una aún mejor parada.

Poco duraron los problemas para el Barça, que no tardó nada en volver al ataque. Esta vez fue una jugada colectiva la que devolvió la alegría a los blaugranas, que recuperaron el control del partido. Coutinho dejaba el balón a Iniesta, que encantaba el cuero con su pie derecho, abriendo el juego a Digne. El francés tuvo todo el tiempo del mundo para dejar un maravilloso pase de la muerte para que Paulinho anotase a placer.

El Barcelona lograba, por tanto, un cómodo colchón de dos goles que, de manera indirecta, adormeció el partido. El juego avanzaba de manera lenta y calmada, con poco más que destellos de los menos habituales, que estaban disfrutando como nunca de lucir la elástica blaugrana.

Así avanzó el partido hasta los minutos finales del primero tiempo, cuando volvería la alegría. La magia de Messi e Iniesta volvía a asociarse en una de sus últimas conexiones. El argentino dejaba  el balón para el manchego, que completaba una magnífica pared aérea, dejando un balón perfecto para que Messi volviese a encontrarse con el gol. Un toque sutil del ‘10’ volvía a colocar el balón al fondo de la red y prácticamente sentenciaba el partido al filo del descanso.

Llegó Dembélé

El Villarreal no esperaba lo más mínimo para remover un equipo que necesitaba de cambios si quería competir por el partido. Los groguets nunca parecieron demasiado motivados por ganar el partido, pero el resultado de la primera mitad abría la puerta a una goleada local que los de Calleja no querían permitir.

Así, Sansone entraba al terreno de juego para portar algo más de ritmo al equipo. Sin duda alguna, el resultado fue el esperado, y es que el equipo pareció encontrar una marcha más que pilló desprevenidos a los blaugranas. El Villarreal se encontraba mucho más cómodo y, aunque el Barça pudiese llegar con peligro de manera aislada, los visitantes eran los que dejaban mejor imagen sobre el terreno de juego.

No obstante, fueron los blaugranas los que llegaron de manera más clara, cuando Messi e Iniesta volvieron a asociarse. Esta vez fue el manchego quien remató pero no logró dirigir bien el balón. Instantes más tarde era el Villarreal quien atacaba, avanzando desde la banda izquierda, hasta que el balón le llegó a Fornals. Fue el jugador de Castellón el que remató el cuero, que rebotó en Sansone y engañó totalmente a Cillessen, terminando al fondo de la red.

Rakitic dejó en bandeja el gol a Dembélé. | Foto: Noelia Déniz (VAVEL)
Rakitic dejó en bandeja el gol a Dembélé. | Foto: Noelia Déniz (VAVEL)

El gol del Villarreal llegaba para empujar aún más a los visitantes, que estaban a punto de vivir sus mejores minutos en el partido. Y es que en pocos minutos volverían a poner a prueba a Cillessen, cuando obligaron al guardameta holandés a atajar el balón sobre la línea de gol después de un gran remate de cabeza.

Tras ese pequeño susto, el Barça pareció reaccionar y volvió a imprimir algo de ritmo al partido, animando a un pequeño toma y daca entre ambos equipos. Sin embargo, ninguno de los dos parecía creérselo demasiado, con la gran mayoría de las jugadas muriendo antes de llegar a posiciones peligrosas.

Al igual que ocurrió en la primera mitad, tuvo que acercarse el final del partido para que realmente ambos equipos realmente despertasen. Eso sí, fue Dembélé el que acudió más rápido a su cita con el despertador. Rakitic fue el que recuperó el balón en la banda derecha, aprovechando la inercia para completar un gran autopase, quedando en posición franca para dejarle un balón perfecto a Dembélé, que embocó el balón sin demasiado esfuerzo.

El partido parecía visto para sentencia, con el Villarreal agotando sus últimas opciones de maquillar un partido que se les había complicado aún más de lo esperado. Eran los groguets los encargados de cerrar el partido con una jugada de ataque, pero un rechace dejó a Messi y Dembélé en un claro dos para dos.

El francés recibía el balón, mientras el argentino se abría e intentaba darle espacio a Dembélé. Parecía que lo más sensato era buscar el pase, pero los sensatos no son los que rompen el fútbol. Eso solo lo hacen los más talentosos, y Dembélé tiene las cualidades necesarias para seguir ese camino. Y es que él solito se fabricó otra gran jugada, desarbolando a la defensa visitante y anotando un magnífico gol por encima de Asenjo.

Sobre la bocina llegó el tanto de la joven estrella, que cerró el partido de la mejor manera posible. Así, el Barcelona completaba otra mágica goleada mientras Iniesta sigue despidiéndose de su hogar y jugadores de futuro logran reivindicarse. Los blaugranas seguirán luchando por mantener la racha de imbatibilidad en la liga, mientras el Villarreal intentará confirmar la plaza de Europa League en las próximas jornadas.