El sábado El Sadar será partícipe de una final. Osasuna se juega las opciones de Playoff frente al Oviedo, y lo mismo le pasa al equipo asturiano con Osasuna.

Los rojillos van novenos en la tabla con 57 puntos, mientras que los asturianos van séptimos con tan solo dos puntos más. Ganar supondría un gran paso para ambos equipos, por lo que ninguno puede permitirse fallar.

En la primera vuelta el Real Oviedo consiguió llevarse los tres puntos en un partido muy igualado y marcado por el mal estado del terreno de juego, condicionado por las constantes lluvias que hicieron que el balón apenas pudiese correr.

Johannesson aprovechó una de las pocas ocasiones que hubo en el partido y marcó nada más comenzar el encuentro. El marcador no se volvió a mover. Osasuna para entonces estaba ya en caída libre, y el Oviedo comenzaba a coger aire y a escalar puestos. Ambos equipos sabían por aquel entonces que al final de temporada lucharían por una plaza en el playoff.

Temporada 2015/2016

En la temporada 2015/2016, Osasuna y Oviedo se volvieron a ver las caras. No lo hacían desde la temporada 2000/2001, temporada en la que dio inicio la rivalidad todavía existente. Era el último partido de liga de la temporada 2015/2016.

Osasuna llegaba al Carlos Tartiere con pocas opciones de Playoff, aunque había que intentarlo. Para ello, tenía que ganar sí o sí a un Oviedo que ya no se jugaba nada, pues no tenía opciones de ascenso. Fue un partido que siempre será recordado por todos los osasunistas, pues Osasuna ganó 0-5 y, debido a los malos resultados de sus rivales directos, logró alcanzar la sexta plaza de la clasificación, que le permitía jugar la promoción de ascenso. El final de la historia la conocemos todos.

¿De dónde viene la rivalidad que mantienen ambos equipos?

Pues bien, para entender esta rivalidad debemos remontarnos hasta la temporada 2000/2001. Osasuna llegó a la última jornada de liga con necesidad de ganar si quería mantener la categoría. Se jugaba la permanencia en Anoeta, frente a una Real Sociedad ya salvada.

El Oviedo, por su parte, jugaba ante el Mallorca. Dependía de sí mismo y necesitaba tan solo un empate para quedarse en Primera. Todo apuntaba a que la próxima campaña Osasuna jugaría en Segunda, pero hubo milagro. Osasuna ganó en Anoeta 0-1 con un gol de Iván Rosado y el Oviedo perdió 4-2 en Mallorca, firmando su descenso.

Dicen que la Real Sociedad se dejó ganar para evitar el descenso de Osasuna, y desde entonces el Oviedo no perdona. Todavía hoy recuerdan el llamado “contubernio vasco”.