El 10 de mayo de 1995 el Real Zaragoza se imponía por dos tanto a uno en la final de la Recopa. El conjunto blanquillo levantaba su segundo título europeo. Tras derrotar al Chelsea en semifinales, los aragoneses debían vencer al Arsenal.

Victor Fernández, entrenador por aquel entonces del Real Zaragoza, tuvo la suerte de poder contar con todos sus jugadores. Andoni Cedrún, Alberto Belsué, Jesús Solana, Fernando Cáceres, Nayim, Aguado, Pardeza, Aragón, Esnáider, Higuera y Poyet. Once nombres que quedarán grabados para siempre en la memoria de todos los zaragocistas. Por parte de los londinenses: Seamans, Dixon, Winterburn, Schwarz, Andrew Linigham, Adams, Keown, Wright, Hartson, Merson y Parlour.

París, ciudad anfitriona de la final, fue conquistada por ambas aficiones en los días previos. Cuando el balón echó a rodar el Parque de los Príncipes era una auténtica fiesta. A través del televisor una Comunidad Autónoma entera apoyaba a su equipo.

Los primeros noventa minutos acabaron con empate a uno. Un gol de Juan Eduardo Esnáider adelantaba al Real Zaragoza en el minuto sesenta y siete. De la misma manera, John Hartson ponía las tablas en el marcador cuando rondaba el minuto setenta y cinco.

Desde una distancia de cincuenta metros Nayim había marcado el gol de la victoria

El partido se marchó a la prórroga y a partir de ahí comenzó a escribirse una de las páginas más bonitas de la historia zaragocista. Cuando parecía que el partido se marchaba a los penaltis, Cedrún patea de puerta. Tras botar el balón, la defensa del Arsenal despeja de cabeza.

El rechace lo caza Nayim que tras controlar con el pecho le pega desde casi el centro del campo para acabar batiendo a Seamans. Equipo, cuerpo técnico y afición saltaron del asiento. Nadie lo podía creer. Desde una distancia de cincuenta metros Nayim había marcado el gol de la victoria. Inmediatamente se pitó el final del partido y comenzaron las celebraciones.

Hoy es un buen día para que algún maño de adopción trate de entender porque se necesita renunciar a ser del Real Madrid para ser más feliz.

Hoy es un buen día para recordarle a nuestros amigos y familiares porqué se quiere tanto al Real Zaragoza. Desde el descenso a Segunda División el conjunto blanquillo no vivía un momento de tanta felicidad y energía positiva como ahora. Este veintitrés cumpleaños llega en un momento perfecto.

Quizá todo lo que se genera en tal día como hoy sirva para alentar a los jugadores y dotarles de una mayor motivación de cara al final de temporada. El espíritu del León está más vivo que nunca.

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