Un triunfo para cerrar este curso milagroso. Ni el mayor optimista podría imaginar antes del encuentro una victoria así del conjunto vitoriano. Se ganó en el último partido de la temporada a un Athletic que no vive los mejores tiempos. 

Mendizorrotza fue una fiesta desde el principio hasta el final. La afición albiazul volvió a empujar y fue una vez más un factor diferencial. Los jugadores y el cuerpo técnico quiso agradecer ese apoyo que ha servido, en cierta medida, para seguir en Primera División. En los prolegómenos del encuentro Iraultza 1921 desplegó un tifo recordando aquel ascenso que protagonizó el equipo a Primera División en la temporada 1997-1998. Además, Manu García recibió una calurosa ovación gracias a su reciente renovación.

Respecto al once, volvían Pedraza y Martín a los costados y Alexis actuaba de lateral izquierdo..

Inicio esperanzador

El Alavés volvió a Mendizorrotza con ganas de brindar una nueva victoria a su gente. Salió atrevido el plantel de Abelardo y suyas fueron los primeros acercamientos al arco que defendía Kepa. Aun así, el cuadro de Ziganda puso la maquinaría en marcha y de la mano de De Marcos los rojiblancos tuvieron la primera ocasión del partido. Corner raso de Beñat hacia atrás y el de Laguardia mandaba el esférico fuera. 

Tras este susto, Ibai tuvo la primera para el Deportivo Alavés pero aun así el balón no tuvo la fortuna de encontrar la portería. En los primeros compases del encuentro fue el Athletic el que llevó las riendas del partido mientras que la esquadra vitoriana defendía con rigor y seriedad.

Llegados al ecuador de la primera parte, Williams aviso de nuevo. Y vaya que sí avisó. Recibió en el área y sacó un latigazo que a punto estuvo de colarse en la portería alavesista si no llega a ser por el larguero. Cinco minutos más tarde era Aduriz el que avisaba con un disparo que sacó de maravilla el meta pacense.

Transcurría el derby por los cauces establecidos y al Alavés le importaba más bien poco el balón. A sí y bajo el dominio de la pelota de los de Ziganda, Alexis mandó el balón por encima del larguero en una bonita ocasión para los albiazules. En el 41 se marchó Mikel Rico que recibió un golpe y no pudo seguir. Su lugar lo ocupó Mikel San José.

Cuando el encuentro llegaba al descanso con un empate a cero, Guidetti tuvo la fortuna de aprovecharse de un error clamoroso de Kepa y marcar a puerta vacía. A sí, el sueco marcaba el primer gol en Mendizorrotza ante su gente. Premio gordo para los del Pitu que se marchaban al descanso con una ventaja interesante. 

Con el gol, se llegó prácticamente al descanso y fue tiempo para los homenajes. La afición albiazul recibió a aquel equipo campeón y histórico en medio de un jolgorio impresionante. No pudieron estar todos y los que no pudieron asistir mandaron vídeos recordando esa temporada. 

La plantilla de la temporada 1997-1998 recibiendo el aplauso de la grada. Fotografía: LaLiga
La plantilla de la temporada 1997-1998 recibiendo el aplauso de la grada. Fotografía: LaLiga

Al inicio de la segunda parte se produció un cambio en las filas del Deportivo Alavés. Se marchó con molestias en los isquiotibiales Alexis Ruano y entró Wakaso. Con este cambio, el ghanés se situó en el costado izquierdo y Pedraza actuó de lateral. 

Barbaridad

Munir también quiso apuntarse a la fiesta y lo hizo como el lo sabe hacer. Le sacó una falta y una amarilla a Yeray y puso el balón a su gusto. Lo que pasó después fue una cosa de locos. Disparó y el balón se coló por la esquadra. Inacanzable para Kepa. 2-0 para los albiazules ante el asombro de los rojiblancos. 

A pesar del mazazo, el Athletic tuvo la voluntad de intentar levantarse y Aduriz casi recortó distancias. No llegó a rematar el balón en el área pequeña. Mientras tanto, el conjunto vitoriano disfrutaba de lo lindo y dejaba que pasara el tiempo conservando un botín muy preciado. Movía el balón con criterio y el cuadro vizcaíno no tenía otro remedio que defender. 

Todavía no se había terminado la fiesta y un balón medido de Pedraza acabó en las botas de Ibai que fusiló a Kepa para poner el tres a cero. Con los bilbaínos anestesiados llegó el tanto de Muniain tras un barullo en el área. El navarro aprovechó el desorden en la zaga del Alavés para batir por abajo a Pacheco. Además de esa, cuando el partido ya llegaba a su conclusión tuvo otra oportunidad que se marchó por el poste izquierdo.

Con el 3-1 campeando en el marcador, se llegó al final del partido con gritos de "Pacheco, quedaté" por parte de la afición albiazul. El meta pacense tiene contrato hasta 2021 pero todo indica que buscará un paso adelante en su carrera. 

Volviendo a lo dió de sí el encuentro, el conjunto albiazul superó al cuadro de Ziganda sin jugar uno de sus mejores encuentros de la temporada. Fue resolutivo en átaque y en esto del fútbol los goles son los que dictan sentencia.