De homenajes y despedidas iría la cosa, así lo entendíamos todos. Antes de echar el balón a rodar la peña armera "Eskozia la Brava" ya le brindó a Sergi Enrich su premio particular, el de mejor jugador de la pasada campaña. Y el que también optuvo su premio, nada más arrancar el duelo, fue Charles Días. Jugada individual de Orellana en la que éste estuvo más listo que el defensor para dejar el gol en bandeja al carioca. Minuto 5 y en Eibar la alegría era desmesurada. Pero como en toda buena historia, algo trágico debía pasar. Contrastando con la euforia inicial llegó la lesión de Diop. El senegalés tuvo que ser sustituido por el "Guacho", conocido así por todo Eibar y especialmente, por su todavía compañero Ander Capa.

Sin dar respiro

El Eibar no daba un respiro a Las Palmas en los primeros compases del choque entre vascos y canarios, en el que los visitantes trataban de sacar el balón jugado, de llevar la batuta del juego, vamos. Por su parte, los locales se sentían cómodos y precisamente, no dejaron sentir lo mismo a los amarillos, cuyos jugadores eran molestados en todas y cada una de las acciones. El caso es que, los jabatos armeros mordían arriba, sin dar descanso a los zagueros canariones. 

Peligro, peligro

Las Palmas comenzaba a ver puerta. Bien por banda como a balón parado los de Jémez generaban más y más peligro. Muestra de ello fue el saque de esquina cabezeado por el capitán, Vicente Gómez. A todo esto, el Eibar era incapaz de encadenar tres pases seguidos, y como resultado de ello, los visitantes se atrevían a probar cosas, con Halilovic como batuta de la orquesta amarilla. A nivel colectivo no resultaba nada peligroso el equipo de Mendilibar, mientras que las indivibualidades como la de Orellana en el primer tanto, la de Inui algo más tarde y hasta algún que otro disparo desde la frontal como el de Escalante, se convertieron en su más letal arma. 

Vuelta al verde

A la reanudación del partido tras el descanso, salió el sol en Ipurua pero no por ello llegó la claridad en el juego de unos y otros. Si bien en la medular del campo la disputa por el cuero estaba más disputada que nunca, las bandas resultaban ser un auténtico coladero, y Michel Macedo fue uno de los que más mella hizo de las mismas. 

Con Rubén Peña y Joan Jordán como máximo esponentes arriba, el Eibar aprovechaba su actividad en la parcela ofensiva para hacer daño en el area rival. No obstante, los pupilos de Jémez se mantenían bastante serenos, y con los papeles de la primera mitad cambiados, eran éstos los que buscaban el juego directo, la contra. En un robo de Ezekiel, Dmitrovic se marcó un "Ter Stegen" con una mano abajo mediante la que desvió el esférico mandándolo a corner. 

Minutos después, Mendilibar hizo posible que el homeja a Ander Capa se completara, dando entrada al mismo en lugar del goleador de la tarde, Charles Días. Con el "7" en el campo, el esquema cambió, y fue Peña quien más pudo sucumbir dicha modificación. El avilés pasó a actuar de punta, como ya lo hizo en su día ante el Espanyol en el RCDE Stadium. 

La fiesta se hacía notar entre los aficionados, en la grada; pero sobre el verde la situación era bien distinta. Ambos conjuntos atacaban sin demasiada convicción, salvo en un par de acciones por parte del mencionado con anterioridad, Joan Jordán. 

Los cánticos no cesaban y las ganas de pasárselo bien se hacían presagiar. Y por fín, el colegiado pitó el final. Dani García y Ander Capa se llevaron la tan merecida como ansiada despedia en la que ha sido, todavía es y nunca dejará de ser su casa, Ipurua.