Sandoval propuso un equipo ofensivo de la muerte, de la muerte por el rival que tenía delante, nada más y nada menos que el líder de la categoría, realizó cambios en el once, y estructuró su equipo para poder hacerle daño a un líder que tenía una efectividad aplastante, el Córdoba sacó un equipo con tres centrales, apuesta arriesgada, puesto que el Rayo es un equipo demoledor en las contras.

Los andaluces, sabían de la importancia de esta final, puesto que para el Córdoba era una final en toda regla, si empataban o perdían, solo les quedaba el milagro, ahora mismo aún después de esta victoria tan importante, lo siguen teniendo difícil, pero bastante menos que antes del partido, puesto que los resultados de sus rivales más directos, estaban siendo muy malos para los blanquiverdes.

Sandoval un hombre muy emocional y de supersticiones, confiaba en los suyos y ponía en el verde una alineación arriesgada, el 3-2-4-1 una alineación, para poseer el centro del campo, si bien es cierto que en el terreno defensivo, se convertía en defensa de 5, para poder contrarrestar las acometidas de un Rayo letal al contragolpe, con De Tomás.

El técnico del Córdoba prescindía de Loureiro, después del recital que le dio Ferreiro la semana pasada por su banda, no quería arriesgar aún más, y metía en su lugar, a Fernandez, "aunque tampoco sé las veían los aficionados del Córdoba muy felices con el cordobés en el campo", otra de las novedades, ésta por la falta por ciclo de amonestaciones fue la de el hombre motor del equipo, Edu Ramos, el centrocampista no podía jugar, y dejaba su puesto a un sorprendente Quim Araujo, que lo hizo bien la semana pasada en casa contra el Huesca, aunque en el partido no fue su día.

Aguado también era de la partida titular, de enganche para que Guardiola se sintiera más libre y con su juego pudiera tener más ocasiones de cara a portería, después de todas estas novedades, el Córdoba, no salía al concentrado, perdían el centro del campo, el Rayo era una bomba en ataque, y creaba muchas oportunidades, prueba de ello, llegó el primero del partido para Raúl de Tomás, el delantero, que al inicio del partido le dieron el premio de LaLiga123 al mejor jugador, no fallaba para poner por delante a los suyos.

En la segunda mitad, el Córdoba era otro, quería el balón, y quería llevarse los tres puntos, tan necesarios para su casillero, realizó cambios más ofensivos, y no les salió mal al técnico Sandoval, jugaba con las líneas más avanzadas, y hacía mucho daño al Rayo, y con su juego y corazón, llegó el empate obra de Fernandez para igualar la contienda, el equipo blanquiverde no se venia abajo y ese gol les hizo creer en la remontada, seguían bien posicionados en el campo y llegando con peligro, triangulaciones, internadas por banda, y pases, pases como el que le dio Reyes, a Guardiola para quedarse solo ante Alberto y poner la remontada en el marcador, la afición del Córdoba enloquecía y devolvía la ilusión a los andaluces.

Después del gol de la remontada, el Córdoba se vino atrás y el Rayo cogió la batuta, pero sin acierto a las cometidas en el área de Kiescek, el Córdoba no le perdía la cara al partido y creaban juego al contragolpe, y pudo llegar otro más para los blanquiverdes, y así terminó el partido, con un Córdoba al ataque, serio y concentrado.

Los andaluces siguen soñando con el "Sí se puede" aunque les queda poco margen de error.