No importa quien juegue ni en que posición, en el Lugo trabajan todos. Es esta filosofía la que ha llevado al bando albivermello a conseguir la salvación a cuatro jornadas del final, a mantenerse en la cabeza de la clasificación en la primera vuelta, y a rendir en estas jornadas finales en las que es imposible acertar con la propuesta semanal de Francisco.  Ante la Cultural volvieron las sorpresas. Como es normal, el enrrachado Escriche volvió a ser la referencia ofensiva, y su presencia se notó, al menos en el número de disparos del equipo, mucho más incisivo.  Azeed adelantó su posición y Pita sumó una nueva titularidad en el eje de la medular.

La sustitución de Josete por Iriome en el minuto 32 fue un acierto de Francisco, en un claro ejemplo de que la mejor defensa es un buen ataque. Y con la misma, cortó las galopadas de Ángel García por la izquierda con la presencia de un Iriome que exigió lo suficiente en defensa al lateral zurdo del bando castellanoleonés, por lo que no pudo seguir acompañando en la parcela ofensiva.

Con respecto al once habitual de la primera vuelta, solo Azeed, Seoane y Luis Ruíz repitieron, lo que muestra la buena gestión de la plantilla y la gran variedad de recursos de los de dispone el técnico almeriense.

A pesar de contar con menos acercamientos que su rival, el Lugo mejoró sus números rematadores. El único tanto del cuadro lucense llegó en la jugada del penalti, aún así, generó una mayor sensación de peligro que en otros duelos, y eso que no fue uno de sus mejores días en cuanto a fútbol realizado. Los 15 tiros de la Cultural –cinco a puerta- superan los 12 del Lugo -3 a puerta-, mientras que en el apartado de control del esférico, se impuso el cuadro rojiblanco, con un 56 % de la posesión.