La temporada del Málaga pasará a la historia oscura del club. Un descenso que se fue acercando desde bien pronto. Pocas fueron las esperanzas que se vislumbraban jornada tras jornada, con la derrota como principal valor a despejar. Una destitución -quizás- tardía la de Míchel, y no a reacción que nunca llegó con José González, aunque mejoraron sustancialmente el juego.

No obstante, con uno y con otro siempre hubo una figura que cogía el toro por los cuernos y tiraba del carro del equipo. Paradójicamente, era un jugador que al final de temporada se marchará al RC Deportivo, otro de los equipos descendidos a Segunda División. Ese es Diego Rolán. El uruguyao llegó el pasado verano procedente del Girondins Bordeaux, de donde venía de meter nueve goles. Con el charrúa al lado de los Borja Bastón, Juanpi, Keko o Adrián, se podía prever una campaña positiva y enriquecedora en La Rosaleda.

Un 'infiltrado' en La Rosaleda

Nada más lejos de la realidad. Cuesta abajo y sin frenos. Así se podría resumir el curso de los 'boquerones'. Pero fue el de Montevideo la luz entre tanta oscuridad que se ha vivido a lo largo del año. Sus cinco dianas (máximo goleador del equipo) y una asistencia son un mero número que no refleja del todo su aporte al conjunto andaluz. Delantero, extremo derecho, extremo izquierdo... Por toda la parcela de ataque se ha movido Rolán, echándose a la espalda el Málaga cada fin de semana. Tapaba los huecos de todos aquellos compañeros que no lograban dar el nivel esperado, como los anteriormente mentados.

Rolán celebrando uno de sus cinco goles. / Foto: La Liga
Rolán celebrando uno de sus cinco goles. / Foto: La Liga

Un Rolán que destaca por no ser un delantero puro. Un ratón del área al uso, como se suele decir. Aunque sí mantiene un buen porcentaje de cara a portería, con un 58% de éxito en sus disparos. El uruguayo es un atacante muy móvil, que ya ha mostrado la capacidad que tiene de jugar en cualquier demarcación ofensiva. Cierto es que cuando mejor ha rendido ha sido partiendo desde la derecha, ya sea en un 4-4-2 como segundo punta, o bien en un 4-2-3-1, como extremo. Algo que también se vio en su etapa en Francia, donde sus registros goleadores engordaron los tres últimos ejercicios: quince (14/15) y siete (15/16) y nueve (16/17).

Tampoco hay que obviar lo mucho que le gusta entrar en juego y su gran juego de espaldas a portería. Lejos de ser una referencia, es un jugador el cual baja en numerosas ocasiones a recibir y conectar con la medular, para después descargar, ya sea a una y otra banda. Algo que refrendan sus números de pase: presenta un 81% de acierto en los pases.

Por tanto, deberá de ser uno de los futbolistas a vigilar por parte del Getafe, ya que, a buen seguro, el Málaga tratará de cerrar la campaña con una victoria ante su afición. Un triunfo que, por cierto, es fundamental si quieren evitar acabar como colistas de La Liga, lucha que mantienen con la UD Las Palmas.

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