El Huesca no ha completado un buen partido este fin de semana frente al Alcorcón. La primera parte fue inferior al conjunto visitante, donde no se supo hacer con el control del partido en el medio del campo y sufrió mucho sin pelota. En la segunda parte el equipo azulgrana tiró de ganas y consiguió empatar el encuentro con más corazón que buen fútbol, posiblemente fuera uno de los peores partidos en casa de la temporada. Ningún jugador tuvo su día y la mala actuación se debe sin duda a una razón colectiva y de equipo.

Es cierto que hubo un jugador que destacó un poco más por encima de los compañeros y ese fue Moi Gómez. Siempre contó con la confianza de Rubi desde su llegada en el mercado de invierno y ha venido de menos a más. En las últimas jornadas se ha consagrado como uno de los jugadores con más peso en los partidos, participando en las jugadas de peligro, dando asistencias y su estreno goleador frente al Tenerife. La primera ocasión con cierto peligro en el pasado partido favorable al Huesca, iba a ser una recuperación tras presión del mediocampista azulgrana. El centro campista alicantino sería de los que más insistencia y peligro iban a llevar a la meta contraría para poner el primero para los azulgranas.

Ya en la segunda parte y tras empatar el encuentro, un centro suyo iba a acabar en las botas de Jair, en una ocasión clara que desbarataba la defensa alfarera. Desde el medio del campo trató de conectar en todo momento con los hombres de arriba y las bandas, le vimos pisar área y acercarse a la meta rival a la vez que en otras jugadas le tocaba achicar agua en defensa.

No ha sido el mejor partido para el conjunto altoaragonés ni para Moi tampoco pero si le pudimos ver más participativo y combativo que a sus compañeros en el terreno de juego. Sin ninguna duda el jugador azulgrana va a ser pieza fundamental en las tres finales que quedan.