Más de tres décadas después de su adiós rojiblanco, y sin haber vuelto a la ciudad asturiana, Manolo Mesa volvió a Gijón este mismo sábado. Sin embargo, fue un día después cuando La Nueva España acompañó al ex futbolista en un recurrido por el que fue su hogar durante 12 años (1975 - 1987). Durante esas horas, expresó su emoción por volver a visitar, por ejemplo, lugares tan emblemáticos como el Muro: "Echaba de menos pasear por el Muro. Ahora está muy bonito, lo han arreglado", aseguró. Y es que llegó a ser todo un emblema en Gijón, a pesar de haber estado ausente de la ciudad asturiana desde hace tanto tiempo. 

Además, no quiso contener su emoción por el apoyo de los aficionados que le reconocen por la calle: "Es un orgullo recibir tanto cariño. Al final, la gente se acuerda de nosotros porque hicimos historia, fuimos un equipo que enganchó a todo el mundo", confesó. 

Por otra parte, visitó La Arena, el que fue su barrio durante esos más de diez años en los que vivió como un gijonés más, mientras comentó que "añoraba comer una fabada como las de aquí, me gustaba mucho en su día". También se acordaba de algunos de los locales que frecuentaba, aunque "la cafetería a la que bajaba a desayunar ya no existe", comentó, a la vez que añadió a La Nueva España que "ya no es una ciudad tan industrial, es más saludable".

En cuanto a su vida actual, sonrió al reconocer que "ahora soy un jubilado que se dedica a llevar y traer a las nietas del colegio, a hacer algo de deporte, y a jugar al dominó". Además, expresó su deseo de volver a la ciudad asturiana en poco tiempo: "Espero volver más a Gijón, verlo con más calma, e incluso también otros sitios. Recuerdo con mucho cariño las concentraciones que hacíamos en Luanco, y también cuando visitaba Candás. Los dos sitios y Gijón tenían más y me encantaba", concluyó el exfutbolista.