En una Segunda División donde los partidos en casa son vitales y se convierten en la mejor arma de cada equipo, la afición debe estar a la altura y ayudar en todo lo posible. Aficiones como la del Real Zaragoza, Sporting, Oviedo e incluso Córdoba son algunas de las más numerosas y las que están proporcionando una ayuda vital para sus respectivos conjuntos. Sin embargo, aficiones minoritarias, pero no menos importantes, están siendo la clave de algunos equipos que apenas han perdido en su feudo. Entre estos clubes aparece la SD Huesca, que cuenta sus partidos en casa con casi todo victorias o empates.

Gran parte de la culpa la tiene el Alcoraz y el público que llena sus gradas. La marea azulgrana ha creído en su equipo a lo largo de la temporada y está dando un último empujón a su equipo para alcanzar la gloria.

Superada la barrera de los cinco mil

En el partido frente al Alcorcón se vivió un ambiente de esos que llevan en volandas al equipo. En una tarde de domingo, nada era más importante en Huesca, y así se lo hizo saber la hinchada a su equipo. Los más de cinco mil aficionados que se congregaron en el estadio oscense lo dieron todo para llevar a sus jugadores hacia un nuevo triunfo. No pudo ser frente al Alcorcón, que se mostró un equipo muy solvente defensivamente pero poco importó a los allí presentes, que dejaron clara su idea de animar hasta el último minuto.

Todavía restan tres partidos para acabar la competición y solo uno de ellos será en el Alcoraz. Domingo 27 es una fecha marcada en el calendario oscense, ya que una victoria podría suponer el ascenso matemático a la Liga Santander. Para entonces, los aficionados del equipo altoaragonés serán una motivación extra para sus jugadores y tratarán de contribuir y llenar el Alcoraz en una cita especial.

Un estadio infranqueable

La SD Huesca tiene un tesoro llamado Alcoraz. Los encuentros en la capital altoaragonesa se cuentan con victorias o empates desde hace más de un año, solo con una excepción, la derrota frente al Sporting por 0-2. Los números no engañan y han dado al Huesca una ventaja respecto al resto de competidores por el ascenso. Por esta misma razón, el Alcoraz deberá ser una olla a presión el último partido, que en teoría se jugará este año en tierras aragonesas.