El Real Madrid visitará al Villarreal en el Estadio de La Cerámica en la última jornada del campeonato liguero. El encuentro será uno de los más atractivos y apetecibles del menú de uno de los cierres ligueros más descafeinados de los últimos años. Con todo decidido, la emoción y la tensión brillarán por su ausencia en los diez campos de Primera División este fin de semana. Aún así, el entrenador del Villarreal, Calleja, ha dejado claro que van a salir a ganar al Real Madrid. El submarino amarillo quiere amarrarse a la quinta plaza del campeonato, a pesar de que es indiferente clasificar quinto o sexto de cara a la siguiente temporada. Por su parte, el Real Madrid ya no puede alcanzar la segunda plaza del Atlético tras la derrota en el Ramón Sánchez Pizjuán y llegará a Villarreal con la mente puesta en otra ciudad. La última jornada liguera será para los de Zidane el último ensayo antes de la gran final de Kyev del próximo sábado. Cualquier riesgo es innecesario y el técnico francés tendrá 90 minutos para solventar sus dudas de cara al partido frente al Liverpool. 

La situación actual dista mucho de cómo eran las cosas cuando se enfrentaron por última vez ambos equipos en el Estadio de La Cerámica. Corría el siempre difícil mes de febrero cuando los pupilos de Zidane visitaron al por entonces equipo comandado por Fran Escribá. El Real Madrid necesitaba los tres puntos para mantenerse como líder en la ardua pelea con el FC Barcelona por el campeonato. El Villarreal, siempre peligroso, también se encontraba en plena disputa por plazas europeas

Zinedine Zidane salió con todo. La BBC en pleno esplendor respaldada por el trío Casemiro-Modric-Kroos parecían suficientes para saquear el antiguo Madrigal. El encuentro estuvo marcado por la igualdad durante los primeros 45 minutos. Reflejo de ello fue el resultado gafas con el que ambos conjuntos partieron hacia los vestuarios en el descanso. 

Tras la vuelta al verde, el encuentro se volvió loco. Rondaba el minuto 50 cuando Trigueros cazó una dejada de Castillejo y conectó un tremendo derechazo dentro del área de Keylor Navas. 1-0 y, como suele pasar, quien golpea primero, golpea dos veces. Cinco minutos después, Bruno filtró un pase para Bakambu, que se encargó del resto. El congoleño se cenó a Sergio Ramos en el cuerpo a cuerpo y definió a la perfección frente a Keylor Navas. La afición amarilla explotó. 2-0 en el luminoso. La sensación, que el Villarreal podía seguir con la sangría frente a una defensa blanca que se asemejaba más a un flan que a un muro. La realidad acabó siendo otra. 

Zidane dio rapidamente entrada a Isco por Casemiro y el partido dio un giro de 360 grados. Bale recortó diferencias en el 64' tras un magnífico centro desde la derecha de Carvajal. Y, es que, nunca puedes dar por muerto al Madrid. Minutos más tarde, penalti muy polémico por mano involuntaria de Bruno y Cristiano Ronaldo no fallaría desde los once metros para igualar el encuentro. Jarro de agua fría para un submarino amarillo que veía como una mala decisión arbitral acababa de tirar por la borda el trabajo de toda una semana. 

Finalmente, otro centro lateral acabaría por sentenciar el partido. Esta vez desde la izquierda, Marcelo puso un balón teledirigido a la cabeza de Álvaro Morata que no perdonaría el 2-3. El Real Madrid consumó así una polémica remontada en 20 minutos y se llevó tres puntos de Villarreal, añadiendo una más a la lista de heroicidades que copan las páginas de historia del club de la capital.