Iker Casillas Fernández. Móstoles. 20 de mayo de 1981. Nadie se podría haber imaginado que aquel día fuera a nacer una leyenda del fútbol español. Una figura que llevaría a nuestro país a la cima.

El arquero mostoleño desarrolló prácticamente la totalidad de su carrera profesional en el Real Madrid CF, donde, además de convertirse en indiscutible titular, ejerció la capitanía durante cinco años, justo después de la retirada del 7 del club de Concha Espina: Raúl González Blanco.

En la Selección Española, Iker es el único jugador en toda la historia que puede afirmar, con orgullo, que cuenta con más partidos como internacional vistiendo los colores rojo y amarillo. Logró esta condecoración el 12 de noviembre de 2012, ante Inglaterra, superando los 126 encuentros de Andoni Zubizarreta. Pero, ¿cómo ha sido su trayectoria con la Absoluta?

Su primer mundial vistiendo el escudo español fue el del 2002. Bajo las órdenes de José Antonio Camacho y debido a la lesión de Santi Cañizares, el mostoleño se hizo con un puesto en el once titular. Su sueño se hacía realidad. Sin embargo, España fue eliminada en cuartos de final, ante el país anfitrión: Corea del Sur. Aun así, cabe destacar que en octavos, frente a Irlanda, sin duda, Casillas fue decisivo. O, más bien, puede afirmarse que fue el héroe del encuentro. Detuvo un penalti durante los noventa minutos reglamentarios y paró dos más en la tanda final de penaltis decisiva. Nacía una nueva leyenda.

El gran partido de Iker frente a los irlandeses, unido a las increíbles intervenciones que llevó a cabo con los blancos en la final de la Liga de Campeones, celebrada en Glasgow, frente al Bayer Leverkusen (en la que los madridistas se alzaron con su novena orejona), contribuyó a que se comenzara a hablar de él como una leyenda, como un mito. Los ciudadanos españoles empezaron a referirse al joven cancerbero como “San Iker” o “El Santo”, ya que sus paradas de ensueño salvaban, en numerosas e importantes ocasiones, tanto a su club como a su nación. Con 21 años recién cumplidos, aquel joven de pelo castaño y cara de ángel, se convertía en el nuevo “Santo” del fútbol español.

Pero Casillas debería esperar cuatro años para hacer cara a su segunda cita mundial, la del 2006, en la que España caería eliminada en octavos frente a Francia.

Sin embargo, cuatro años después, levantaría, como capitán, el primer Campeonato Mundial de España. Aunque, dos años antes, sería cuando Iker se alzaría con su primer título a nivel de naciones: la Eurocopa de 2008.

Disputada en Austria y Suiza, esta Eurocopa supuso la segunda condecoración para España a nivel europeo en toda su historia (la primera, en el año 1964). Luciendo orgulloso el brazalete de capitán y siguiendo las órdenes de Luis Aragonés, llevó a la ‘Roja’ a hacerse con el campeonato europeo, sin conocer la derrota a lo largo de la totalidad del torneo.

Esta competición estuvo marcada por partidos clave. O, mejor dicho, momentos clave, de máxima tensión y espectáculo. Probablemente, el partido más importante de esta Eurocopa y uno de los más importantes de la historia de España, ya que significó una nueva era, fue el encuentro de cuartos frente a Italia. Los “azzurri” nos lo hicieron pasar verdaderamente mal, pero un buen partido de los españoles y, especialmente, una magistral actuación de Casillas, permitió que España aterrizase en las semifinales del campeonato.

Tras detener dos remates a bocajarro del cuadro italiano durante el tiempo reglamentario y los treinta minutos de prórroga, Iker daba el pase a los nuestros con dos grandes paradas en la tanda de penaltis a Daniele De Rossi y Antonio Di Natale.  Con un resultado de 0-0 y de 4-2 en penaltis, la ‘Roja’ conseguía su tan ansiado pase a semis. Iker volvía a ejercer de “Santo”.

Finalmente, España se consagró como campeona de Europa, venciendo en la final a la eterna Alemania. La actuación de Casillas fue de tal envergadura que fue incluido en el “Equipo del Torneo de la Eurocopa”, siendo nombrado mejor portero del campeonato.

Volviendo a los mundiales, el de 2010, sin duda, ha sido hasta el momento el más especial, no solo para Iker Casillas, sino para todos los españoles. El 11 de julio de 2010 quedará marcado por siempre en el calendario del fútbol nacional. Esa fecha, España se proclamaba campeona del mundo por primera vez en su historia, afianzando su época hegemónica en el fútbol de élite mundial.

Iker Casillas fue clave a lo largo de todo el torneo. Realizó grandes actuaciones en octavos frente a Portugal. En cuartos, frente a Paraguay, fue de nuevo decisivo al detener el penalti de Óscar Cardozo. Y, en semifinales, frente a Alemania, también fue clave.

Aunque, sin lugar a duda, su gran partido en la final frente a Holanda, en Johannesburgo, se llevó la palma. Sus increíbles paradas, solo al nivel de los mejores guardametas del mundo, estuvieron a la altura del gol de Andrés Iniesta que nos dio la victoria. “San Iker” fue la peor pesadilla del holandés Arjen Robben. En el minuto 62, desvió con su pie, un gran remate del holandés. Y, en el 83’, Iker apareció de nuevo, adelantándose al disparo del neerlandés. Casillas se lo ganó y las imágenes de su levantamiento de la Copa del Mundo y su bonito beso con su novia Sara Carbonero darían la vuelta al mundo y quedarían grabados en nuestras mentes por siempre.

Un dato importante que cabe destacar fue que Casillas no recibió ningún gol en los cruces eliminatorios: España ganó 1-0 a Portugal en octavos; en cuartos, 0-1 a Paraguay; 0-1 a Alemania, en semis; y venció 0-1 a los Países Bajos en la final. Por lo tanto, al igual que sucediera en la Eurocopa de 2008, Casillas finalizaría el torneo dejando la portería a cero en todos los choques eliminatorios.

A nivel individual, en esta ocasión, recibió el “Guante de Oro” como mejor portero del campeonato y fue incluido en el “Equipo de las Estrellas”, compuesto por los que fueron considerados los mejores once jugadores del torneo.

En la Eurocopa disputada en Polonia y Ucrania, la del año 2012, repitió esta hazaña y finalizó los cruces eliminatorios con la portería a cero. De nuevo, capitaneó por segunda vez consecutiva, en Europa, a la selección nacional en su camino hacia la consecución de la tercera Eurocopa de su historia (la segunda consecutiva). De nuevo, fue incluido en el “Equipo del Torneo de la Eurocopa” como mejor guardameta, gracias a estelares momentos como la decisiva parada en la tanda de penaltis de la semifinal frente a nuestros vecinos portugueses.

En el Mundial de Brasil de 2014, Iker disputó su cuarto mundial con la camiseta española. En ese momento, probablemente, Iker no sabría con certeza que ese sería el último que disputaría. Se despidió con un amargo sabor de boca, ya que la ‘Roja’ completó una decepcionante actuación, firmando su peor participación en un Mundial, cayendo eliminada en la fase de grupos tras perder frente a Holanda y Chile.

De cara al Mundial de Rusia de 2018, que cada vez está más cerca, todo parece indicar que será David De Gea o Kepa Arrizabalaga el cancerbero que ejercerá como titular. Un puesto que Iker deja en buenas manos, pero también a un alto nivel. Seguro que el ex capitán estará apoyando a sus ex compañeros y a los nuevos que llegan desde su actual residencia en Oporto.

Quizás algunos aficionados todavía se imaginen al mostoleño vistiendo la camiseta española, saltando al terreno de juego y dando órdenes como capitán. O quizás otros lo hagan deteniendo uno de los numerosos penaltis que ha parado a lo largo de su carrera. Pero, la realidad, es que “San Iker” vivirá este mundial desde su casa. No veremos al cancerbero físicamente defendiendo los colores españoles, pero la huella que ha dejado en la historia del fútbol español siempre estará presente. Y será eterna.

Por todo ello y mucho más… ¡Gracias, Iker!