Un día como hoy, pero de 1998, el Real Madrid levantaba en Ámsterdam su séptima Copa de Europa, 32 años después, el equipo blanco volvía a ser el rey del viejo continente. Varias generaciones de aficionados del conjunto madridista nunca habían visto a su equipo campeón de la máxima competición continental, en una fría noche holandesa, un hombre se iba a erigir como el héroe del partido, el montenegrino Pedja Mijatoviç, el delantero no había conseguido marcar en todo el torneo, pero sabedor de que palabras textuales “era el partido de su vida”, no faltó a su cita con el gol, y en el minuto 66 cogió un balón suelto en el área para hacer el primer y único gol del partido.

La plantilla con la copa | Foto: Realmadrid.com
La plantilla con la copa | Foto: Realmadrid.com

El Real Madrid acababa así con una sequía de muchos años, y aquel día comenzaba un nuevo ciclo grandioso para los de la capital, ya que en los siguientes cuatro años iban a levantar otras dos Copas de Europa. “La Séptima” marcó el camino, primera vez en la era moderna que el Real Madrid se hacía con ella, y todo gracias a ese gol de Mijatoviç, parece increíble que un delantero que había tenido tan mala suerte de cara a puerta durante todo el torneo, marque el gol decisivo para su equipo, pero ojo, que “el ocho” no marcara no significa que no estuviera rindiendo al máximo, de hecho, el propio Sanchís, capitán de aquel equipo afirma que ha visto a pocos jugadores rendir tan bien, es cierto que Raúl o incluso el recién llegado al primer equipo, Morientes, se estaban llevando el mérito de los goles, pero todo gracias en parte al trabajo de Mijatoviç. El Real Madrid poseía una gran delantera, con unos jovencísimos Raúl y Morientes que se habían ganado el puesto de titulares, sentando en el banquillo a Davor Suker por ejemplo, un delantero de talla mundial.

Una portería estuvo a punto de frustrar el sueño de ganar la Copa de Europa

El equipo blanco llegó a la gran final tras eliminar al vigente campeón del torneo entonces, el Borussia Dortmund en el mítico partido de “la portería”, ya que los Ultra Sur causaron el vencimiento de la portería situada en ese fondo, lo que hizo que el delegado de campo del Madrid, Herrerín que ya era un hombre mayor (63 años), se fuera hacia la vieja ciudad deportiva, se saltara la valla y con la ayuda de un camionero y su sobrino, logró traer la nueva portería al estadio para que el partido se pudiera disputar, aunque con 75 minutos de retraso. Los de Chamartín se impusieron finalmente por 2-0, con goles de Morientes y Karembeu, y el 0-0 de la vuelta les bastó para llegar a una final de la Copa de Europa 17 años después.

Mijatoviç, al igual que el resto de compañeros estaban prácticamente obsesionados con ese partido, enfrente la todopoderosísima Juventus de Turín de Zidane, Del Piero, Inzaghi, Deschamps y compañía. Tras un gran inicio de los italianos, Karembeu tras charlar con sus compañeros decide realizar un marcaje especial a Zidane y a partir de ahí la dinámica del partido cambia y el Real Madrid con Redondo, Seedorf, Raul, Morientes y Mijatoviç más las subidas de Roberto Carlos, logra que la Juve se empiece a echar atrás hasta que consigue marcar, entonces Mijatoviç se marcha corriendo hacía el banquillo, Fernando Sanz sale a su encuentro, pues él le había dicho a Pedja que iba a marcar el gol que le diera al Real Madrid la Copa de Europa.

Una lesión de la que nadie supo nada

Mijatoviç llegaba encima lesionado a la gran cita, pues dos días antes del partido sufre un pinchazo en el gemelo durante un entrenamiento, que suele dejar a los jugadores fuera de juego durante varias semanas, sin embargo, el de Montenegro “amenazó” a uno de los fisios y le obligó a vendarle, el día de antes del partido salió a entrenar con las medias muy subidas para evitar que el cuerpo técnico le viera las vendas, además se retiró pronto al vestuario sin querer lanzar faltas o penaltis, lo que le extrañó a Heynckes que al preguntarle por qué no se quedaba Mijatoviç le respondió que porque al día siguiente ganarían seguro, el entrenador alemán se quedó alucinado ante tal confianza, pues el equipo ni siquiera había llevado Champagne, por las pocas opciones que se les daba.

Al final todo el mundo sabe lo que pasó aquel día, el Real Madrid volvería al máximo puesto del continente y Pedja Mijatoviç lograba una hazaña que muy pocos delanteros han hecho, que el único gol que anoten en el torneo sea el decisivo.