Última noche de fútbol en La Cerámica para poner el broche final a la temporada. Atractivo duelo entre blancos y amarillos, a pesar de ambos tener los objetivos ya conseguidos. El Villarreal con su puesto europeo asegurado, el Real Madrid con ganas de probarse de cara a Kiev, sin que se considerase ensayo un encuentro liguero que le iba a deparar pocos problemas, a priori. Porque la exhibición madridista fue en los primeros 45 minutos y la remontada local tras el descanso en un reflejo más de la inestable campaña de los vikingos.

Posesión y asedio de un Real Madrid muy concentrado

Zidane rotaba en la portería y le regalaba la titularidad a su hijo Luca, con la compañía de otros diez futbolistas muy titulares. No quería más experimentos, no quería otro partido como el de Sevilla, ni una derrota que desmotivase a sus pupilos. Mirando por el retrovisor al Liverpool, había que ofrecer espectáculo a una grada valenciana muy tímida viendo cómo transcurrían las jugadas. Esas, mayoritariamente, del conjunto visitante. 

Así fue, porque el 'submarino' apenas ofreció juego con varias novedades en su once, que no rindieron hasta después. Ni Unal ni Sansone ni tampoco la línea de atrás, que se vio sorprendida a los diez minutos por una maniobra individual de Gareth Bale. Saque rápido, balón para el galés que, con el cuerpo, engañó a Bonera y después solo tuvo que definir raso. 

Bale durante el partido I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Bale durante el partido I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Primer tanto de los numerosos que pudieron caer hasta el descanso. Antes, fue el capitán camero quien probó suerte desde la frontal. Y es que el Real Madrid estaba completamente volcado en área amarilla. Mucha intensidad, toques veloces, recuperaciones varias tras pérdida y un dominio absoluto con el campo abierto. Rodri lo intentaba para los locales, pero no encontraba claridad. El tridente Kroos-Modric-Isco se gustaba. 

Pero para chulo 'el bicho', que no quería desaprovechar este último partido para irse sin mojar. Triangulación magnífica con pase bombeado del mago malagueño, centro de exterior por parte de un alegre Marcelo y cabezazo sutil de Ronaldo casi en los morros de Andrés. En efecto, Calleja también le daba un premio a su segundo guardameta, lesionado de duración este año. Bastante trabajo para él, que volaría a otro chut lejano de Kroos. 

El Villarreal emerge en el desastroso segundo tiempo blanco

Entre diversión madridista, solo Fornals sacó algo de clase para que su disparo ajustado al palo, desde la frontal, se marchase por muy poco. El calvario del Villarreal era tema serio, pero no eterno y la grada estaba enmudecida mientras Isco a punto lo borda con el tercero. Tiro desviado tras recorte de fantasía, como acostumbra.

Isco con el balón, participó en el gol de Ronaldo I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Isco con el balón, participó en el gol de Ronaldo I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Visto lo visto, el descanso era el único lugar donde un apaleado 'submarino' podía repararse de cada golpe. Y lo hizo. Salió mucho más dispuesto a bregar en aguas ya turbias por el resultado de 0-2 y las sensaciones. Supo recomponer sus piezas, coger el balón e inquietar constantemente la meta de Luca, que al poco de volver del vestuario ya tuvo que estrenarse con una palomita fabulosa al libre directo de Sansone.

Primer aviso amarillo. Después, otra falta de Unal rozó el palo. El técnico del Villarreal decidió meter más pólvora porque veía a sus dos atacantes con ella mojada. Roger Martínez accedió al verde por Javi Fuego y en el minuto 70 llegaría su golazo, tras recortar para ponérsela muy difícil al portero.

Sin embargo, en una jugada previa, su compañero del primer disparo a puerta local ya deleitó a un estadio que veía otro 'submarino', emergido. Ruleta maravillosa de Sansone, centro picado y cabezazo de Unal. La veloz acción defensiva de Ramos evitó el gol.

Fornals y Casemiro durante el partido I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Fornals y Casemiro durante el partido I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Despiste de Marcelo y sin suerte madridista

Con cambio radical de un equipo desastroso, que parecía dispuesto a repetir esos encuentros de Liga donde se dejó llevar por el buen resultado, Zidane movió dos fichas. Pero Benzema erró un mano a mano desde la derecha y a Lucas Vázquez le faltó un pelo para marcar en un córner la que hubiese sido su guinda a su magnífica temporada. 

Eso sí, el nueve francés salió, al menos, más enchufado. Inmediatamente después de su jugada, corrió detrás del segundo goleador amarillo: Samu Castillejo. Pudo robarle la pelota, algo que no hizo ni Luca ni un Marcelo que andaba peinándose los rizos, mientras habilitaba al jugador visitante tras la defensa.

Tanto del malagueño para el 2-2 y sustos consecutivos para la final de Champions. Primero, Casemiro se jugó la rodilla evitando el remate de Roger. Después, fuerte pisotón a destiempo sobre Varane. El entrenador galo permanecía pensativo en el banquillo, dándole vueltas a la remontada local o ideando su once para Kiev.

Marcelo observa el tanto del Villarreal I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Marcelo observa el tanto del Villarreal I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Pero no era momento de eso, sino del partido, que dejaba la anécdota con un empujón al asistente del árbitro murciano después de otro de Casemiro sobre Mario. Cadena de golpes fortuitos, sin males mayores. Tampoco para Andrés Fernández y su Villarreal, que se llevarían el trabajado punto, a pesar de un bonito chut de Benzema con rosca. Quería finiquitar también con gol... pero querido monsieur, no ha sido tu año.