Hogar dulce hogar, eso pensarán los futbolistas y el entrenador del Real Zaragoza en el día de mañana. El equipo maño regresa a casa tras naufragar por tierras andaluzas con un único objetivo en su mente: ganar. Tras la derrota cosechada en el Ramón de Carranza, la victoria ante el Albacete se convierte en un hecho innegociable, y es que si los pupilos de Natxo no son capaces de doblegar al club manchego pueden ver peligrar su plaza de playoff. Así, la Romareda volverá a ser crucial para inclinar la balanza, una balanza que comenzará a desequilibrarse desde las 16:15h, momento en que la afición se reunirá en los aledaños del estadio para recibir a su equipo.

En el otro lado se encuentra el Albacete, un conjunto que acumula nueve partidos sin ganar, dinámica que le ha llevado a las posiciones bajas de la tabla y que le ha acercado a una zona que parecía muy lejana: los puestos de descenso. Todo esto, convierte al partido del próximo domingo en un choque fundamental para los intereses de los pupilos de Monreal, y es que una victoria certificaría el deseo de comienzo de temporada: la salvación.

Con estos alicientes, se puede prever que el partido que se presenciará el domingo en la Romareda no va a ser un encuentro cualquiera. Un sueño ante una necesidad, dos estilos opuestos, dos conjuntos con todo en juego, un ascenso y una permanencia, pero sobre todo: una ciudad: Zaragoza, que quiere ver a su equipo donde se merece y que no va a descansar hasta lograrlo.

Dos polos opuestos

Dos equipos se dan cita en el césped de la Romareda, dos conjuntos con dos estilos de juego, dos ideas de fútbol muy diferentes pero igual de válidas. Por una parte, se encuentra el Real Zaragoza de Natxo González y cuya seña de identidad es la búsqueda y conservación del balón. Para ello, el rombo planteado en el centro del campo se concibe como primordial, y es que sin Eguaras en el ancla y sala de mandos, sin el capitán Zapater en el costado para correr lo que nadie corre, sin el canterano Raúl Guti para demostrar lo que es un 4 x 4 de verdad y sin la electricidad y magia del Papu o Febas en la mediapunta, este Real Zaragoza sería irreconocible. 

Por ello, si el Real Zaragoza quiere salir como vencedor en la tarde del próximo domingo, deberá recuperar su esencia y demostrar que tiene la personalidad necesaria para ser un equipo capaz de alcanzar la Primera División. Para conseguirlo deberá armarse de paciencia, y es que el conjunto que tendrá enfrente va a plantear un encuentro muy difícil de desatascar. Real Zaragoza y afición tendrán que trabajar un duelo que mostrará lo costoso que es vencer en esta categoría, una categoría que los aragoneses quieren abandonar y que para lograrlo, vencer a los albaceteños significaría dar un paso bastante grande.

A la cita acudirá un equipo que define a la perfección lo que es la Segunda División del fútbol español: solidez, unión, trabajo, lucha, esfuerzo y confianza en una idea de juego. Estas características definen a la perfección lo que es el Albacete Balompié, un conjunto en el que las ideas de su entrenador: Enrique Martín Monreal se pueden apreciar en cada jugada del equipo. Desde la llegada del entrenador navarro todo cambió en la campaña del Albacete, convirtiéndose en un equipo ganador y que se alejó de las zonas peligrosas de la tabla. Sin embargo, un bache de juego y moral han hecho que el equipo manchego se vea relegado a la zona baja de la clasificación, a pesar de que nadie duda de que los albaceteños lograrán alcanzar su principal objetivo: la salvación.

Los protagonistas

Línea a línea y zona por zona, es el momento de descubrir a las figuras de cada uno de los dos conjuntos, a aquellos futbolistas que cuando entren en contacto con el balón dictaminarán lo que va a ocurrir, aquellos en cuyos compañeros confíen y se sientan protegidos, en definitiva, a los pilares que sostienen a sus equipos.

En el bando zaragocista, hay una serie de jugadores que se han convertido en indiscutibles y sin los cuales el equipo de Natxo González sería irreconocible. Ellos son: Cristian Alvárez, el guardameta argentino se ha reencontrado con el fútbol y lo ha hecho en Zaragoza, su defensa de la Puerta del Carmen es inmejorable y su continuidad es uno de los deseos de la afición zaragocista para la próxima campaña.  Otra figura que también ha cobrado gran relevancia en los planes de Natxo es: Daniel Lasure, y es que el canterano maño se ha hecho con el costado izquierdo y se ha ganado ser el sinónimo de seguridad y constancia. Tampoco se puede ocultar la importancia de Eguaras en el centro del campo, y es que su visión y control del motor aragonés hacen que todo el mecanismo funcione de manera adecuada. Por supuesto, el espíritu de Zapater reencarna a todo zaragocista y traslada esa pasión al terreno de juego, dos ingredientes necesarios en el terreno de juego. Y por último, el que hace que esto no pare, "el panda" Borja Iglesias, principal amenaza y estandarte del ataque zaragocista.

Por otra parte, en el Albacete hay varios futbolistas que pueden hacer temblar al Zaragoza y a su afición. Estos son: Dani Rodríguez y Bela. El primero, se ha convertido en uno de los mejores centrocampistas de la categoría: su recorrido, llegada y gol le definen a la perfección y le hacen ser un punto fundamental del equipo de Enrique Martín Monreal. El segundo, es la principal amenaza en el ataque manchego, ya que el francés tiene por el desborde y la velocidad sus dos características principales.

Posibles onces